La primera señal vino en un tuit del escritor Alfonso Reece: “@flarenasec vuelve sobre Marcelo Chiriboga, un verdadero trauma ecuatoriano”. El mismo día, directamente al correo electrónico, llegó una nota de otro escritor, Diego Cornejo Menacho, con abundante información que quiero presentar a los lectores para cerrar este capítulo sobre un personaje de ficción que, como sugiere Reece, aún causa traumas en el ámbito de las letras nacionales.
La intención al escribir ‘Marcelo Chiriboga, la leyenda’ no era revivir el invento de Donoso y Fuentes, sino mencionar que en la novela ‘Los impostores’, del colombiano Santiago Gamboa, se menciona a tres escritores ecuatorianos inventados en un contexto sorprendente. Reconozco que el espacio para contextualizar al escritor inventado fue demasiado largo y por eso la mención de Gamboa se nota insignificante.
Para desarrollar mejor el contexto recurrí a unas ideas planteadas por el escritor Miguel Molina Díaz, quien no ve un trauma por causa de Chiriboga, él plantea interrogantes y es autocrítico. Vamos, entonces, por el planteamiento frontal de Cornejo Menacho. Narra que en el 2010 publicó la novela ‘Las segundas criaturas’, una respuesta desde la ficción a lo que pretendieron “o dicen que pretendieron” hacer José Donoso y Carlos Fuentes con Marcelo Chiriboga.
Después de leer mi artículo, Cornejo Menacho leyó el blog de Molina Díaz (publicado en junio del 2012). Advierte que se analiza a Chiriboga sin mencionar ‘Las segundas criaturas’, obra publicada en el 2010 por la editorial española Funambulista (2012) y posteriormente por la ecuatoriana Paradiso. Sin ningún afán de polémica, a mi modo de ver, en su email Cornejo Menacho habla de la “invisibilidad” de los escritores ecuatorianos, de las novelas y de sus personajes.
Demos un poco más de argumentos a la novela de Diego Cornejo Menacho. El periodista y escritor español Juan Jesús Armas Marcelo (‘Réquiem habanero por Fidel’) leyó la novela y escribió: “Cornejo resucita al personaje creado por Donoso y Fuentes y lo pone a caminar por las páginas de un papel cuya escritura, además, satiriza amablemente la de los autores citados, gentes del boom de la que todavía hablamos y a veces seguimos leyendo”.
Armas Marcelo admite que nunca había leído nada de Cornejo, pero reconoce que tiene una escritura limpia y que “estamos ante un escritor que tiene el desparpajo de tratar de tú a cualquiera de los llamados grandes (entiendo que solo se refiere a Fuentes y a Donoso)”. El Chiriboga que resucita Cornejo es un gran tipo, un gran escritor con un gran ego que merecería ser argentino en lugar de ecuatoriano, advierte el español.
En estas líneas me despido para siempre de Chiriboga a quien conocí, lo admito, en la única novela que leí de Donoso: ‘Donde van a morir los elefantes’.
@flarenasec