Que no se vaya a confundir el lector, pues esto no tiene ninguna relación con la Cuaresma y el ayuno que muchas personas deciden hacer. Es inherente al calificativo promovido por algún funcionario del Gobierno y expresado por un extranjero meses atrás sobre la situación de la economía ecuatoriana y la calificación hecha con el nombre del “jaguar latinoamericano”. Esa denominación supuestamente representaba la buena salud de la economía ecuatoriana y la excelente gestión del Gobierno en esta materia.
Ese calificativo aparece hoy más alejado de la verdad que nunca. Los errores en la conducción económica, que algunos advertimos desde hace más de ocho años, empiezan a pasarle poco a poco la factura al Gobierno. Se comentó en reiteradas oportunidades que el sector público no puede hacer todo por sí solo, que el concurso del sector privado es fundamental. Se insistió hasta la saciedad que el crecimiento del gasto público no es sostenible ni sano para las finanzas públicas. En múltiples ocasiones se indicó que el país debe mantener adecuadas relaciones internacionales con países amigos y con organismos multilaterales de crédito. Fue parte esencial del análisis realizado que el país debe promover la suscripción de acuerdos internacionales de comercio para que pueda insertarse de mejor forma en el concierto externo y promover su sector exportador. Fue esencia de infinidad de artículos que el Gobierno debía ahorrar para poder hacer frente a situaciones adversas si la bonanza se tornara enescasez. Se dijo que la obra pública y el gasto social son importantes pero podían continuar con una mayor inserción privada sin que el Estado lo financiara en su totalidad, liberando así ahorros para épocas difíciles. Se señaló también que el desorden fiscal era un motor de desequilibrio externo y mientras este no se corrija no era posible sanear las cuentas externas. La lista es larga de los riesgos alertados en la política económica aplicada desde el año 2007.
Lamentablemente, el tiempo nos empieza a dar la razón. Factores externos, como la baja del precio del petróleo y la apreciación del dólar frente a otras monedas, han empezado a causar efectos negativos en la balanza de pagos y en el sector fiscal. El Gobierno ha dado retro en varias de sus acciones como es volver los ojos a los multilaterales, antes para emitir los USD 2 000 millones en bonos, hoy para poder aplicar salvaguardias cambiarias.
El sector exportador no petrolero no podía subsistir sin un acuerdo comercial con Europa, por lo que el Gobierno se vio obligado a apoyar este convenio. Sin embargo, repite errores e insiste en tratar de mejorar la situación externa restringiendo importaciones en lugar de atraer inversión extranjera dando las señales adecuadas y acelerando un acuerdo con Estados Unidos. Tal parece, como también se comentó en su oportunidad, que el tal jaguar no ha sido tal, al punto que ahora ha entrado en régimen.
Columnista invitado