Algo anda mal

Por décadas, la referencia en la Región han sido los países grandes. En orden a sus economías: Brasil, México y Argentina.

De una u otra forma, a su tiempo, han tenido importante influencia sobre los demás Estados latinoamericanos. Pero hoy duele contemplar lo que sucede a su interior, han dejado de ser el modelo a seguir. Los niveles de institucionalización alcanzados se encuentran a prueba ante los hechos que los asedian. El escándalo de corrupción destapado en el gigante brasileño, en el que se halla involucrada la principal empresa de ese país, otrora puesta de ejemplo como modelo de gestión, que salpica a figuras de la política y en especial al partido gobernante, es impensable que se produzca en un Estado que forma parte del Grupo de los 8. Es inconcebible considerar que funcionarios públicos sean acusados de exigir “contribuciones”, supuestamente para el partido gobernante, a cambio de adjudicación de millonarios contratos. Conocido el escándalo se espera que la justicia actúe en forma inmediata y, desde el Poder Ejecutivo, se realicen los correctivos adecuados. Pero a los ojos del mundo la imagen queda deteriorada y se teje una serie de especulaciones por los procedimientos descubiertos. Eso no ayuda a transmitir transparencia ni adentro ni afuera de sus fronteras, con lo que el principal perjudicado será el propio pueblo brasileño que verá mermadas sus posibilidades de un desarrollo más dinámico.

México en lo económico ha realizado sostenidos esfuerzos para avanzar de manera decidida. Pero los hechos de violencia que se suceden a su interior, desde hace algún tiempo, en los cuales han estado involucradas autoridades locales, hacen pensar que dista mucho de ser un Estado que mantiene el control sobre todo su territorio. El último episodio, la desaparición de 43 personas en el estado de Guerrero, donde hasta el momento no existen pruebas certeras sobre su destino final, salvo la declaración de presuntos sicarios que, en caso de ser ciertas, dan cuenta del horror que se vive a su interior y ponen en sospecha que el Estado es incapaz de imponer justicia y castigar a los autores de tan execrable crimen. De no sancionarse estos sucesos estaríamos en un escenario en que la vida humana no tiene valor alguno.

Al Sur, la situación no mejora. Un juez federal ha actuado solicitando el allanamiento de una compañía de propiedad de la actual Mandataria para determinar si hubo o no ilícitos que, de encontrarlos, salpicarían a la pareja matrimonial que ha manejado el poder por más de una década. Se busca determinar si una empresa hotelera relacionada a los Kirchner se benefició con contratos de alojamiento suscritos con un contratista estatal, que al parecer arrendó por largas temporadas el hotel sin que se produjera la ocupación del mismo. ¿Un caso de blanqueo de capitales?

Esos son los acontecimientos que llenan las páginas de los diarios de los países que, unidas sus economías, comprenden cerca de dos tercios del PIB de los países del Región. ¿Dónde está la esencia del subdesarrollo?

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