Mafias captan a más niños para la venta de droga en las calles

niños drogas

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El 9 de julio, agentes aseguraron que identificaron a un menor de 14 años con 150 dosis. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Estaba asustado. El pequeño de 7 años apenas podía hablar. Lo único que les dijo a los policías fue que una mujer le encargó la mochila hasta regresar de una “diligencia”. Le ofreció pagar
USD 10, pero nunca volvió.

En la maleta los uniformados hallaron 850 gramos de cocaína distribuidos en pequeñas fundas, listas para su comercio. Los gendarmes ubicaron al menor en uno de los pabellones del mercado San Roque, un conocido centro de abastos de Quito. Agentes de Inteligencia han identificado en la capital grupos delictivos que utilizan niños para el microtráfico de drogas en los barrios.

Datos del Ministerio del Interior refieren que este fenómeno se ha incrementado en el último año. Entre enero y el 10 de julio pasado, Antinarcóticos de Pichincha aisló a 108 menores por sospechas de “consumo o expendio de sustancias ilegales en las calles de la provincia”.

La cifra se duplicó si se la compara con el mismo período del año anterior. En los seis meses del 2013, los jóvenes aislados fueron 55.

Las mafias se escudan en la inimputabilidad de los menores, advierte el coronel David Ortega, jefe de la Unidad Antinarcóticos de Pichincha.

El artículo 307 del vigente Código de la Niñez y de la Adolescencia precisa que los niños (0-12 años) “no son responsables y por tanto no están sujetos ni al juzgamiento ni a medidas socio educativas”.

En el documento se aclara que si un niño es “sorprendido” en casos flagrantes será entregado a sus representantes legales y, de no tenerlos, a una entidad de atención. “Se prohíbe su detención e internación preventiva”.

El pequeño de 7 años identificado en el mercado de San Roque fue entregado a su abuela. Ortega reconoce que los grupos delictivos eligen a los menores más vulnerables. Aquellos que no tienen padres, que viven en las calles o que son de escasos recursos económicos.

Hace cuatro días, Antinarcóticos capturó a Narcisa M., de 38 años. Los uniformados advierten que ella sería la supuesta líder de una mafia familiar dedicada al expendio de droga al menudeo en barrios del centro de Quito.

Un capitán de Policía que opera en el esa zona detalla que la sospechosa era “la principal microtraficante de San Roque, La Libertad, Cumandá, 24 de Mayo, Mariscal Sucre, La Colmena, el Panecillo y de la calle Loja”.

Los uniformados también conocen que la mujer presuntamente “trabajaba” con una red de ocho menores, de entre 8 y 12 años, para el comercio de drogas en escuelas y colegios de esas zonas.

En una investigación desarrollada por Diego Lema, de la Universidad de Ambato, se dice que los adolescentes son “utilizados por las grandes mafias, pues estas se benefician de la legislación benevolente”. Y se añade que los grupos delictivos conocen de la inimputabilidad e “inculcan esa ventaja para cometer delitos o infracciones”.

Agentes de la Dinapen coinciden y advierten que se han detectado casos en los que los propios padres inducen a sus hijos a los delitos. “Son esporádicos, pero sí ha habido familiares que explotan a los niños de hasta 12 años”, precisa un investigador.

En esas situaciones, los progenitores son procesados por reclutar menores para fines delictivos. Las sanciones pueden ir desde los 6 hasta los 35 años de cárcel.

A los pequeños, en cambio, se los envía a un hogar de protección o se entrega la tutela a otros miembros de la familia.
En el 2012, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) ya identificó este fenómeno y señaló en un informe que “los jóvenes -incluso mujeres embarazadas- son reclutados por grupos delictivos y hasta por familiares cercanos para el comercio de drogas”.

Hace 10 días, un adolescente de 14 años fue ubicado en la calle Loja. Los policías de la Unidad de Vigilancia 24 de Mayo dijeron haber localizado 150 pequeñas dosis de pasta base de cocaína escondidas en las axilas del menor.

En el Código de la Niñez se establece que los adolescentes, de 12 a 17 años, que cometen infracciones deben cumplir medidas socio educativas. Hay 10 acciones que un juez puede imponer: desde una amonestación verbal al joven y a sus padres, servicios comunitarios, libertad asistida, orientación y apoyo a la familia o hasta el internamiento institucional en un centro de infractores.

Tras la captura de Narcisa M., Inteligencia detectó que la sospechosa supuestamente entregaba a los niños mochilas cargadas con dosis de marihuana o cocaína. “Cuando sus “clientes” le pedían las sustancia, ella se aproximaba a los pequeños y retiraba la mercancía ilícita”, asegura el Ministerio del Interior en un comunicado.

Los niños reclutados por la mujer recibían USD 10 diarios por esa actividad ilegal. A ella también se la indaga porque operaba presuntamente con adultos mayores, según datos que manejan en Antinarcóticos.

En esa Unidad ahora se rastrea a otros grupos delictivos que actúan bajo la misma modalidad en los barrios del centro de la capital...

En contexto

Entre enero y el 10 de julio pasado, Antinarcóticos de Pichincha confiscó 1 tonelada 157 kilos de droga en la provincia. 657 kilos de cocaína, 506 kilos de marihuana y 77 gramos de heroína. 561 adultos han sido detenidos en ese mismo período.

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