No su reelección, peor indefinida. Razones: Es que ha desperdiciado la brillante oportunidad de pasar a la historia como el mejor Presidente del Ecuador; pues recibió el país en franca recuperación después de nuestro sacrificio por la crisis de los 90, con factores positivos para avanzar hacia un desarrollo sostenido superados ya los impactos de la dolarización, las finanzas saneadas y recuperando la credibilidad del mundo financiero; empezaba el ciclo de altos precios de materias primas como petróleo, banano, etc., incluso estuvo naciendo un fondo de ahorros con los excedentes de ingresos petroleros para evitar impactos negativos cuando los precios bajen.
¿Y qué hizo en tiempos de vacas gordas? Se alejó de los países desarrollados y se acercó sus referentes de “izquierda”, gastó todos los capitales existentes, más los que ingresaron por altos precios del petróleo, contrató más créditos (y caros), cobra por adelantado a China las ventas del hidrocarburo.
¿Cómo lo gastó? Infló la burocracia, los gastos corrientes; se habla de carreteras pero un fenómeno natural que obligue a cerrar una y se arma la grande, porque no se han hecho nuevas que optimicen la transportación; los aeropuertos, pero cuántos de ellos son subutilizados; la infraestructura hidroeléctrica, una gran obra, pero para cuando esté moviendo la maquinaria productiva; en salud los resultados no se ven porque aquí no sirven las buenas intenciones que nacen en los escritorios de las oficinas; en lo social se ha dado un buen impulso pero, ¿divididos podremos trabajar por un objetivo común?; en resumen los resultados son a medias (en palabras del mismo Presidente “¡tanta mediocridad!”). Y nos llegó la época de vacas flacas sin que hayamos ahorrado.