El récord para Don Alfonso

La noticia del Récord Guinness para Don Alfonso Espinosa de los Monteros llegó unos días después de un reciente y enojoso episodio.

47 años como conductor estrella de un noticiero de televisión llevaron al reconocido hombre de pantalla al libro especial.
La información fue divulgada y celebrada en pleno noticiero estelar de Ecuavisa.

Los compañeros de trabajo, varios de ellos menores que Don Alfonso, llenaron el estudio para unirse a su familia.

Alfonso Espinosa de los Monteros entra desde hace 47 años a las casas de la gente del Ecuador. No es algo fácil, si a su tarea le impregna esa huella de credibilidad que da el narrar las noticias con lenguaje coloquial, sin presunciones ni falsas poses.

Alfonso empezó a narrar noticias desde que las emisiones televisivas eran en blanco y negro. Conducción de programas, actuación en telenovelas, programas de entrevistas y concursos, mostraron su versatilidad en la pantalla. Todo con la acogida del público que se refleja en los altos niveles de sintonía diaria.

Contar una parte de la historia, acompañar las alegrías de los triunfos deportivos o relatar los momentos tristes de accidentes, incendios, inundaciones y derrumbes es la tarea que afronta un conductor y en la que, sin duda, se involucra de manera personal.
Lo mismo para contar la euforia de un triunfo electoral que para relatar las incidencias de golpes de Estado y asonadas.

El repaso cotidiano de las noticias y en ocasiones, comentarios puntuales, prudentes y serenos pero precisos. Un estilo solvente que hace al hombre.

Como hombre ancla, productor, director y ahora, vicepresidente de Noticias, conoce a buena parte de la gente de televisión del país que ha pasado por esa verdadera escuela que es Ecuavisa. En todos, se diría, o al menos en la mayoría, Don Alfonso sembró confianza y amistad, el más importante tesoro de quien pasa buena parte de su vida en las tareas exigentes del periodismo y consume sus energías en los programas en vivo con la responsabilidad que supone.

Hace pocas semanas, la ciega propaganda oficial apuntó sus armas innobles contra Don Alfonso, como ocurrió con Diego Oquendo y otros personajes de pantalla, para seguir en la labor de zapa que busca minar la credibilidad de los medios.

Pero el tiro salió por la culata y la reacción segura y frontal de Don Alfonso y Ecuavisa logró una avalancha de adhesiones que se manifestaron por las redes sociales. La solidaridad fue implacable y masiva contra las malas artes. Todo quedó al descubierto.

La disculpa del Secretario de Comunicación del Régimen intentó superar el episodio y Don Alfonso aceptó esa rectificación.

Ahora falta que cesen para siempre las cadenas, que se olviden las ofensas, los insultos sabatinos y la idea de una guerra planetaria contra los medios que no conduce a nada bueno. La mayoría de la gente está harta y ya lo expresa. La intolerancia pasa factura. Entonces llega el Récord Guinness como una vuelta de aquellas que da la vida.

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