El 9 se conmemoraron los 70 años de la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. La institución bandera de la cultura del país fue fundada por Benjamín Carrión. La labor de este lojano ha sido rescatada y cuestionada por escritores, comunicadores y académicos.
En La Movida Cultural, este lunes 11 de agosto, qusimos ahondar, junto a Fernando Tinajero y a Raúl Serrano, en el legado de Carrión.
Un nuevo documental, de autoría de Carlos Naranjo, ‘El gran suscitador’, fue presentado el miércoles 6 de agosto en el marco de las celebraciones de la CCE.
Y ese mismo día, también se presentó el libro de ensayos de Tinajero: ‘El siglo de Carrión’. Ambos presentan en diferente clave al personaje, ya sea desde un ojo crítico o desde una mirada más afín.
La propuesta de La Movida Cultural es tomar algo de ambos lados y tratar de armar una imagen más precisa de Carrión.
Tinajero describe a Benjamín Carrión en base al concepto de dualidad. Fue escritor que era capaz de llevar a la práctica sus ideas, pero también de traicionarlas.
En suma, en palabras del experto Carrión es quien mejor encarna las virtudes y los defectos de la sociedad del siglo XX en el país.
Por su parte, Serrano destaca que el famoso escritor cumplía con el precepto de Borges que reza: “la inteligencia es bondadosa”, ya que era muy generoso en su cotidianidad-hay evidencia de ello- y en su trabajo como intelectual.
Cuenta el académico que Carrión rara vez se negaba a realizar los cientos de prólogos que le pedían. Esto obedecía a su proyecto político cultural. Esta caridad desmesurada resultó ser, a la vez, una cualidad y una falla.
Según Tinajero lo negativo de su generosidad reside en que como todos los ecuatorianos de la época, él tendía a lo hiperbólico: agrandaba todas las cosas con mucha facilidad.
Para Carrión nunca hubo matices, “ponía a cualquiera encima de las nubes”, lo cual sirvió para inflar muchas vanidades.
Para Serrano esta actitud responde al rol de gran suscitador que asumió y que lo llevó a dejar de lado el rigor. Sin embargo, existen ejemplos de firmeza que son muestra de su avanzado intelecto.
Uno de ellos es el prólogo de su índice de poesía ecuatoriana. Asimismo el escritor supo mostrar severidad con los poetas del periodo de la vanguardia, con quien siempre fue muy crítico.