Bicicletas electrónicas suman mejoras implementadas por estudiantes

El Club de Robótica de la Universidad Salesiana desarrolló un prototipo de bicicleta híbrida perfecta para conducir en las empinadas cuestas de Quito. Foto: Diana Chamorro/ EL COMERCIO

El Club de Robótica de la Universidad Salesiana desarrolló un prototipo de bicicleta híbrida perfecta para conducir en las empinadas cuestas de Quito. Foto: Diana Chamorro/ EL COMERCIO

El Club de Robótica de la Universidad Salesiana desarrolló un prototipo de bicicleta híbrida perfecta para conducir en las empinadas cuestas de Quito. Foto: Diana Chamorro/ EL COMERCIO

Un motor electrónico de un Mitsubishi, encontrado tras recorrer sinnúmero de cachinerías de la ciudad, tuvo una segunda vida al ser implementado en a una bicicleta que alguna vez fue común y corriente.

Las múltiples y dificultosas subidas de la fisonomía quiteña motivaron a cuatro integrantes del Club de Robótica de la Universidad de Salesiana a diseñar y construir una bicicleta eléctrica con la potencia necesaria para superar las pronunciadas cuestas que agotan a los ciclistas habituales de la urbe.

Aunque ya existen bicicletas de este tipo en el mercado ésta resalta por su cualidad híbrida- se acciona solo cuando lo desea su conductor- y su reinventado e innovador sistema de embrague modificado especialmente para acoplarse al motor externo.

Este proyecto incorpora además, dice Jorge Luis Hernández señalando la parte trasera del vehículo, sensores ultrasónicos que detectan la presencia de automóviles que se acerca de los ocho metros de distancia.

Una vez que el mecanismo detecta la cercanía de un carro- se lo adaptó para que solo reaccione ante la presencia de éstos y no otros objetos- emite una señal visual y sonora a través de un dispositivo móvil que debe tener un sistema operativo Android y bluetooth. Para desarrollar estos sensores Hernández aclara que se utilizaron elementos de Arduino (código abierto).

Antes de decidirse a presentar la bicicleta, que era la que normalmente utilizaba Hernández para desplazarse, la probaron en las empinadas pendientes de San Carlos, en el norte, y San Juan en el centro de Quito.

La iniciativa, desde su concepción hasta su fase final, les tomó cinco meses y recibieron ayuda de Edmundo Domínguez para ensamblar las partes mecánicas. Además de Hernández, participaron en el proyecto Jhony Villacís, Noemi Mora, Geremy Novoa y Diego Román.

Al igual que el motor Mitsubishi, al que se sumó una batería de 12 voltios (8.3 amperios), la mayoría de elementos anexados a la estructura de la bicicleta fueron rescatados para darles una segunda vida, es decir que gran parte de la materia prima utilizada es reciclada.

Villacís menciona además, que en total invirtieron entre USD 600 y USD 700 y que tuvieron problemas durante el proceso porque se les dañaban algunas piezas y por la dificultad para adaptar el sistema de embrague.

Después de exponer su creación durante los cuatro días del Campus Party les valió el primer premio del concurso de robótica del evento y decenas de propuestas de empresarios nacionales radicados en el extranjero y que ofrecieron enviarles prototipos de motores para empezar una producción en serie.

Tres tipos de energía alternativa en una bicicleta

Javier Lopez del Club Obelisco de Machala desarrolló una bicicleta eléctrica que funciona en base a tres tipos de energía. Foto: Diana Chamorro/ EL COMERCIO

A metros de distancia de la bicicleta híbrida construida por el Club de Robótica de la Universidad Salesiana se expone otro vehículo similar que a simple vista muestra una estructura más fortificada.

Se trata de ‘Alba’, un proyecto de Obelisco- Club de Ciencia y Tecnología de Machala-, que pretende combinar en un solo medio de transporte diversas fuentes de generación de energía alternativa.

Al momento, cuenta con una batería de 12 voltios y 7 amperios y se recarga a través de un panel solar. A su vez, su carcasa está elaborada de fibra de carbono y paneles solares flexibles. Asimismo, consta de un sistema de frenos regenerativos, mismo que transforma la energía calórica emitida por el ciclista al pedalear en energía eléctrica.

Por si esto fuera poco, están los ‘dinamonds’. Unos dispositivos integrados a los aros de las llantas que funcionan básicamente como imanes. Cuando la bicicleta está en marcha, el movimiento y roce traducidos a los ‘diamonds’ generan energía magnética que se almacena en la batería.

Javier López de 17 años es la mente detrás de esa iniciativa. El joven machaleño cuenta muy seguro y sin titubear que aún faltan implementaciones por probar y las enumera una por una: integrar un GPS y también funciones de desbloqueo mediante voz o lector de huella digital, diseñar un sistema operativo propio para su funcionamiento y una cámara frontal.

Alba que es también una bicicleta eléctrica pretende- cuando en un futuro se agregue un motor en la parte delantera del aro- alcanzar los 40 y hasta 80 kilómetros por hora.

En este sentido, podría utilizarse, según explica López, en cuatro campos. En el policial, sustituyendo a las motocicletas y los costos de mantenimiento de las mismas, para vigilancia de parques y calles; en el médico para rehabilitación de pacientes y en el ámbito turístico y de recreación.

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