Los festivales universitarios, con más fuerza

Tanto el Centralazo como el Polifest marcan la pauta con eventos masivos. Fotos: Galo Paguay y Edison Serrano/ Archivo EL COMERCIO.

Tanto el Centralazo como el Polifest marcan la pauta con eventos masivos. Fotos: Galo Paguay y Edison Serrano/ Archivo EL COMERCIO.

Tanto el Centralazo como el Polifest marcan la pauta con eventos masivos. Fotos: Galo Paguay y Edison Serrano/ Archivo EL COMERCIO.

Desde hace algunos años los predios de la Universidad Central del Ecuador y los de la Politécnica Nacional han dado cabida a la realización de festivales de música que año a año han ido creciendo en presupuesto, capacidad de gestión y también en interés popular.

Así, tanto el Centralazo como el Polifest llegan este año con ediciones que confirman el crecimiento exponencial que han tenido desde sus respectivas génesis. El primer Centralazo, según Diego Eivar, productor del evento, fue una iniciativa del presidente de la FEUE, Carlos Torres, quien se convirtió en el principal motor del evento “por ser roquero”.

Así también, desde la primera edición, hace cuatro años, el evento hizo una alianza con el Plan de Ayuda Acolita, que promueve la recolección de fundas de caramelos, juguetes, ropa en buen estado comida para animales, a cambio del ingreso.

Según Eivar, lo recolectado se destina en Navidad a personas con bajos recursos. Este espíritu de ayuda se conjuga con las ganas de ver los dos eventos que el festival alista para el jueves y el viernes (27 y 28 de noviembre). El primero es un día de rock y metal que estará protagonizado por ocho invitados de renombre, como los argentinos 2 Minutos, Descomunal, Curare o Notoken de Guayaquil.

A estas se suman bandas de la universidad que fueron seleccionadas tras un ‘casting’. Lo mismo ocurre el viernes, cuando a Chaucha Kings, Constelación Vallenata o Don Medardo y sus Player’s se sumen actos universitarios, pero en esa onda más cercana a la música vernácula y a lo tropical.

La organización espera que este año haya cerca de 13 000 personas por día. Pese a la alta concurrencia, Eivar sostiene que a diferencia de otras ediciones, este año recibieron un apoyo mínimo de las autoridades y que el 40% del presupuesto -que no quiso develarse- salió del bolsillo de la organización y el resto de los fondos de la FEUE.

En ese sentido, el Polifest vive otra realidad, ya que el festival contaría con la ayuda de las autoridades Así se logró contratar a las bandas, entre las que se destacan Basca, Mortum, Muscaria, Selva y los colombianos Hidden Soul.

El evento también es gratuito y se realizará en el estadio de la institución, por primera vez. Según Jonathan Bonilla, de la organización estudiantil Fepon, el evento se lleva acabo desde hace 15 años aproximadamente.

Al inicio se hacía en una tarima, en una cancha de básquet, pero desde hace seis años ha tomado fuerza con más y más convocatoria. El año pasado se calculó una asistencia de 3 500 personas y para esta edición la organización se ha planteado triplicar ese número.

El llegar al estadio ha sido una conquista para la producción, ya que han demostrado con informes el crecimiento del evento y por eso cuentan con el apoyo institucional.

Ambos festivales tienen puntos en común, incluso la proximidad de ambos (el uno tiene su primera jornada este jueves 27 y el otro será el miércoles 3 de diciembre). El rock es el género de predilección y en ambos casos el cartel se conforma teniendo en cuenta a bandas con trayectorias largas.

Sin embargo, en ambos se realiza un proceso de audiciones para bandas nuevas o bandas de las universidades. Así, en ambos festivales participan cinco agrupaciones escogidas de esta forma.

Al ser eventos sin paga, ambos se han ido convirtiendo en serias alternativas a festivales gratuitos como Quitofest, Rock­-miñahui o Quitu Raymi. Sus organizadores solo esperan que los festivales no mueran en futuras administraciones.

Suplementos digitales