La venta del Cirque du Soleil causa polémica en Quebec

Presentación de Cirque du Soleil de Varekai at Carpa Santa en la Ciudad de México en 2013. Foto: AFP

Presentación de Cirque du Soleil de Varekai at Carpa Santa en la Ciudad de México en 2013. Foto: AFP

Presentación de Cirque du Soleil de Varekai at Carpa Santa en la Ciudad de México en 2013. Foto: AFP

La puesta en venta del Cirque du Solei, ícono mundial de este género, suscitó una gran polémica en Quebec, donde la clase política demandó hacer todo lo posible para evitar que una de las joyas culturales de Canadá pase a manos extranjeras.

Presente en todos los continentes, con numerosas giras de sus 1 300 artistas y sus muestras permanentes principalmente en Las Vegas, el Cirque du Soleil trajo el renacimiento de este tipo de espectáculos después de tres décadas bajo el liderazgo de su fundador y propietario, el quebequense Guy Laliberté.

Pero a medida que crecía su éxito, el Cirque du Soleil se convirtió en una empresa con los riesgos inherentes a los negocios, entre otros el desafío de tener ingresos suficientes para garantizar los salarios de sus 4 000 miembros y el funcionamiento de la carpa.

“En junio pasado, Guy Laliberté anunció su intención de buscar un socio estratégico. Ese proceso está en curso en este momento y es muy largo”, indicó el miércoles (25 de marzo de 2015) la portavoz del circo, Renée-Claude Ménard, aunque no quiso confirmar si las ofertas de compra debían ser presentadas la semana siguiente.

El 90% del capital de la compañía está en manos de Laliberté, quien fundó en 1984 este célebre grupo valorado en USD 2 000 millones, y el porcentaje restante está en poder de fondos de inversión de una inmobiliaria de Dubai.

Laliberté habría indicado a los potenciales compradores su intención de conservar sólo el 10% de su participación, generando reacciones en toda la la clase política del país, que pide mantener la empresa en el regazo de esta provincia francófona.

El jueves (26 de marzo), el primer ministro de Quebec, Philippe Couillard, dejó entrever su intención de decirle a Laliberté que “para los quebequenses, para el gobierno y para el conjunto de partidos políticos (...), es muy importante que no solamente la sede social permanezca en Montreal, sino que las actividades clave, incluidas las creativas, también se queden en Montreal” .

Éxito gracias a los contribuyente

Un día antes, Pierre-Karl Péladeau, ferviente independentista y aspirante a la jefatura del Partido Quebequense, hizo “algunos llamados” para pedir a los inversionistas que introduzcan la mano en el bolsillo.

Multimillonario y exjefe del grupo de telecomunicaciones y medios Québecor, Péladeau sugirió que la Caja de Depósitos e Inversión de Quebec participe de las conversaciones. El también líder empresarial estimó que existe un riesgo de relocalización del Cirque du Soleil en un país extranjero.

Generalmente “el proceso de toma de decisiones se hace donde los dirigentes se encuentran” y los nuevos propietarios “van a querer rápidamente repatriar el centro de decisiones” porque “es así como funciona esto en el mundo de los negocios”, dijo.

El también exdirectivo de empresas y jefe de la coalición Avenir Quebec, François Legault, estimó que “sería inadmisible que el gobierno no participe en los esfuerzos por encontrar un comprador quebequense”.

Couillard también le recordará a Laliberté que los contribuyentes son fundamentales en el éxito del Cirque du Soleil. A su criterio, “el gobierno de Quebec de la época lo ha apoyado mucho, por ende los contribuyentes”, subrayó.

En efecto, el Cirque du Soleil nació gracias a una ayuda pública de USD 900 000 y recibió subvenciones hasta 1992.

Por primera vez en su historia, este emblemático circo no generó beneficios en 2012 y tuvo que realizar despidos masivos. Actualmente emplea a 4 000 personas en todo el mundo, de las cuales cerca de 1 500 en su sede social en Montreal, contra 5 000 que empleaba hace cuatro años.

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