El mimbre es otro de los tesoros que Manabí presenta a sus visitantes

El maestro Nicolás Delgado muestra una mecedora elaborada con esta fibra natural que resalta por su acabado.

El maestro Nicolás Delgado muestra una mecedora elaborada con esta fibra natural que resalta por su acabado.

El maestro Nicolás Delgado muestra una mecedora elaborada con esta fibra natural que resalta por su acabado.

Los muebles elaborados con esta fibra son livianos, frescos y resistentes. Ocho talleres artesanales los fabrican en Montecristi.

El boom inmobiliario que se registra en cinco de los 22 cantones de Manabí desde hace 15 años apuntaló a los muebles de mimbre como los elementos de mayor protagonismo en la decoración, tanto de interiores como de exterior.

El mimbre es una fibra vegetal que se obtiene de un arbusto de la familia de los sauces salix. Para el mobiliario se utilizan el tallo y las ramas de la planta, ya sea en todo su grosor para el marco o en lonjas cortadas longitudinalmente para el tejido.

En los conjuntos residenciales, dotados con casas unifamiliares y hasta en los departamentos con torres construidas cerca al mar, la fibra de este bejuco brilla con luz propia.

Se puede observar en forma de salas, comedores, mecedoras, roperos, mesas de centro o ratonas... en fin. Hay tal cantidad de objetos que se elaboran con esta mágica planta en los ocho talleres artesanales ubicados en la zona urbana del cantón manabita de Montecristi, que siempre tienen gran cantidad de clientes en sus improvisados ‘showrooms.

Eloy Mero Mero es uno de los tejedores de mimbre más conocidos del lugar y de la provincia. Él tiene su taller ubicado en la calle 10 de Agosto, arteria que desemboca en el Centro Cívico Ciudad Alfaro.

Mero es sutil al comentar que en la actualidad sus creaciones y la de sus compañeros de oficio son requeridas por los ciudadanos residentes en Quito, Guayaquil y una buena parte de extranjeros que han llegado a radicarse en Manta, Sucre, Crucita, San Vicente, Jama y Puerto López.

Mientras teje un mueble doble, que forma parte de un juego de cinco piezas, asegura que el mimbre es muy apreciado para la decoración de interiores y exteriores.

“A los extranjeros les gusta que la fibra quede al natural; los coterráneos, en cambio, piden que la aplique pintura o laca para darle color y brillo”.

Lo que más se vende son juegos de sala, mecedoras, unidades sueltas como los sillones tipo nido que pueden ser ubicados, incluso, en las habitaciones como elementos para el descanso y la decoración, asegura Nicolás Delgado Castillo, propietario de otro taller ubicado detrás del templo de la Virgen de Monserrate.

“Nuestros mayores clientes llegan en esta época del año y son los turistas de Quito. Ellos vienen con fotos donde muestran los diseños que quieren se les trabaje. Aquí tenemos una buena relación de compraventa, ellos abonan el 50% del costo de las piezas y el resto nos pagan cuando les enviamos los muebles”, asegura Delgado.

Las creaciones de los artesanos de Montecristi están presentes en las salas de estar, recibidores, sitios aledaños a las piscinas, bajo pérgolas y hasta en los balcones de casas y de los apartamentos de edificios que miran hacia el mar.

En el edificio Santorini, uno de los más modernos de Manta, la decoración minimalista del interior de los departamentos se fusiona con los muebles de mimbre de las terrazas.

Para Delgado, la durabilidad, frescura y gran resistencia al salitre del mar hacen del mimbre uno de los materiales adecuados para la decoración en propiedades playeras.

Un juego de muebles de mimbre se puede encontrar desde USD 650. También los venden por unidades. Un sillón tipo nido se oferta por USD 120 y un sofá triple -uno de los más requeridos- llega a cotizarse sobre los USD 450.

Las piezas trabajadas en este material, parecido al ratán, también decoran los espacios sociales en los sitios de hospedaje de los cinco cantones.

A los muebles de mimbre límpielos con agua caliente con cinco cucharadas soperas de sal por litro de agua y un poco de bicarbonato. Aplique luego un producto para la limpieza de muebles. Use un cepillo de cerdas duras. Póngalos a secar a la sombra, no al sol.

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