Los espacios para aprender tecnología se diversifican en Quito

En el Colegio Don Bosco, de Quito, existe un club de programación para los estudiantes. Foto: EL COMERCIO

En el Colegio Don Bosco, de Quito, existe un club de programación para los estudiantes. Foto: EL COMERCIO

En el Colegio Don Bosco, de Quito, existe un club de programación para los estudiantes. Foto: EL COMERCIO

Al escuchar la palabra “tecnología” muchas cosas vienen a lamente. Matemática, códigos informáticos, dispositivos electrónicos, entre otros elementos, que si no se tiene un conocimiento previo pueden resultar difíciles.

Sin embargo, para incursionar en el mundo digital no es necesario ser un experto en informática o tener varios años de experiencia. Lo único que se requiere es la ganas de aprender. Los estudiantes del Colegio Don Bosco de Quito lo saben muy bien. Por ello, han optado por seguir, dentro de los clubes que oferta la institución, los talleres de programación.

Las clases se dividen en teóricas y prácticas pero con un componente diferente al tradicional. Aprender programación por medio de juegos.

Para Diego Caiza, coordinador del área de informática del Colegio Don Bosco, estas herramientas son esenciales para que desde los más pequeños se impulse la tecnología.

Por ejemplo, pueden aprender con el famoso juego de los Angry Birds. Los chicos en el software deben escoger varios bloques que tienen indicaciones como “avanzar” y “girar a la izquierda o derecha” y colocarlos de forma ordenada de acuerdo con un mapa en el que hay obstáculos para que el pájaro alcance al cerdo verde. Después de cumplir con el objetivo, en la pantalla se despliega una opción para conocer los códigos que se han empleado de forma real en la informática.

A través de la iniciativa YouthSpark, Microsoft está impulsando la campaña ‘Yo puedo programar’, que busca que más de un millón de jóvenes latinoamericanos aprendan de manera fácil y divertida sobre temas de programación. Estas capacitaciones están disponibles en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Puerto Rico y cuenta con el apoyo de instituciones como Code.org, Organización Iberoamericana de la Juventud –OIJ- y Comunidad IT.

Verónica Ponce, gerenta de educación y ciudadanía de Microsoft Ecuador, indica que el Municipio de Quito se sumó a esta iniciativa tecnológica para que los niños y adolescentes de escuelas y colegios municipales sean estudiantes con conocimiento de código.

Con esto no solo se espera que los más pequeños aprendan sobre programación, sino que a través de estas actividades también desarrollen habilidades como el pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, entre otras.

Esta actividad está abierta para el público en general y está dividido en dos partes: una introductoria, denominada Una hora de código, y una de profundización que tiene 12 módulos. Los cursos están disponibles en la página web

Para incentivar a los alumnos, el programa tiene videos de personajes famosos de tecnología como Mark Zuckerburg, creador de Facebook, quienes dan algunas instrucciones sobre programar y los retos que siguen.

Caiza señala que es importante que los niños entiendan cómo funcionan los juegos, por ello, durante cada clase de programación, se les indica por qué el personaje se mueve por medio de comandos, ya sea en el teclado o el mouse.

Otra de las alternativas para niños y jóvenes son los talleres de Scratch impartidos por Clear Minds. Con estas herramientas los más pequeños pueden crear sus propios juegos, historietas y animaciones. Los asistentes al curso son divididos de acuerdo con su edad y son tomados como actividades extracurriculares o cursos vacacionales.

Sin embargo, existen otros espacios que impulsan el desarrollo de la tecnología para todas las personas interesadas en el mundo digital. Por ejemplo, los ‘coworking’, lugares destinados al encuentro con herramientas tecnológicas que potencian ideas de emprendimiento, crecen más en la ciudad.

Uno de ellos es el espacio de la Agencia Municipal de Desarrollo (Conquito) que busca que al menos 30 de los 70 proyectos de la Agenda Digital, para convertir a Quito en una ciudad digital, sean desarrollados por los emprendedores de este ‘coworking’. En agosto se realizó el proyecto ‘Tecnologías creativas’.

El objetivo era formar tutores y alumnos para manejar herramientas de hardware libre como Arduino, una placa diseñada para facilitar el uso de la electrónica en proyectos como la creación de circuitos simples y robóticos.

Buen Trip Hub es otra alternativa, ya que este espacio de trabajo colaborativo permite la integración de emprendedores y aficionado a la tecnología. La semana pasada recién fue inaugurado en Quito.

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