El estrés puede transformar la infancia en una pesadilla

El estrés infantil se puede generar por diversos factores y manifestarse de diferentes maneras en los niños. Foto: FreeImages.

El estrés infantil se puede generar por diversos factores y manifestarse de diferentes maneras en los niños. Foto: FreeImages.

El estrés infantil se puede generar por diversos factores y manifestarse de diferentes maneras en los niños. Foto: FreeImages.

Al consultorio de la doctora Rosana Sandoval, psicóloga clínica, llegó un niño con dolor abdominal recurrente. Le habían realizado todos los exámenes médicos y no encontraban la causa del dolor. Luego de un análisis psicológico la doctora pudo determinarlo, era ansiedad.

Los acontecimientos traumáticos en la infancia pueden presentarse en una serie de problemas posteriores y generar ansiedad- condición relacionada al estrés-. Sin embargo, el estrés en los niños no está asociado exclusivamente a situaciones traumáticas.

En la infancia el estrés puede originarse en diversos factores: los padres, maestros, tutores y la sociedad ejercen presión en los niños desde edades muy tempranas. Es así como existen niños, bebés e incluso fetos estresados.

Sandy Ponce, educadora y directora de una guardería en la ciudad de Quito, explica que “el primer estrés empieza cuando los chiquitos tienen que entrar a los colegios y tienen que prepararse para pasar el examen de admisión. ¿Qué hacen los colegios? Presionan a los niños que tienen que tener cierto nivel de madurez para entrar a los colegios y, obviamente, la presión empieza desde la guardería”.

Gabriela Romo, psicóloga clínica y docente de la Universidad de las Américas, define al estrés en la niñez como “cualquier situación que haga que el niño tenga que cambiar o adaptarse y no se sienta cómodo con esto”. Esas condiciones pueden generar ansiedad y esa ansiedad puede volverse patológica cuando el niño empieza a sentir malestar constante.

En 2009 el documental ‘Race to nowhere’ (‘Carrera hacia ningún lado’) realizado en Estados Unidos puso en evidencia el tipo de presión ejercida en los niños en el nombre de la productividad. Tienen horarios copados y se encuentran enfocados en una sola cosa: deben ser los mejores.

En el documental se afirma que las exigencias que deben cumplir los estudiantes los obligan a ser niños sin gozar de una niñez, pues sus actividades no les permiten gozar de tiempo libre. Además, son expuestos a altos niveles de presión desde muy temprana edad.

Esto sucede, según Ponce, por el enfoque que han tomado los colegios en la parte académica “se olvidan de formar al niño como ser humano, la presión académica es ‘quiero rendimiento académico, quiero buenas notas. No me importa el proceso de lograr un buen resultado'. Al hacer eso no se está valorando el esfuerzo que el chico hace para llegar hasta un punto".

A la larga este tipo de formación perjudica a los estudiantes pues la presión académica “les lleva a hacer cualquier cosa con tal de lograr el puntaje o la nota apropiada para pasar, pero sin importar que copió o hizo trampa para hacer eso”, asegura la educadora

Estos problemas están relacionados con el tipo de institución educativa en la que el estudiante se encuentra, pues “el colegio quiere muy buenos alumnos que son aceptados en tremendas universidades o que pasan el examen del Gobierno con muy buenas notas, porque entonces es catalogado como un buen colegio”.

Un niño estresado puede presentar varios síntomas, entre ellos destacan dolores de cabeza y estomacales frecuentes, cambios en su temperamento, pérdida de apetito, dificultad para conciliar el sueño, entre otros. Según Sandoval, es importante estar atentos a los cambios de hábitos en los niños, ya que detrás de ellos puede estar un problema mayor.

Ante un sistema escolar más exigente, las demandas y expectativas en los estudiantes han aumentado. “Hay quienes toleran bien (las exigencias) y pueden ir hasta más allá”, pero también hay quienes toleran menos”, afirma Sandoval. Allí se origina el problema, pues esa sobre estimulación puede llegar a producir fatiga en el niño.

La niñez es la etapa óptima para el aprendizaje.Hasta los cinco años se desarrollan los esquemas cognitivos y la personalidad. “Mientras más cosas le hagas hacer a un niño él va a tener más ideas y eso hará que sea más desarrollado, pero si él no quiere y tú le exiges, puedes causarle estrés”, asegura Romo.

Para enfrentar el problema se debe fomentar un espacio abierto de comunicación entre el mejor y sus padres. Es importante que ellos “intenten brindarle al niño un lugar sano donde puedan ir y conversar”.

La comunicación es muy importante en este sentido, destaca Romo, porque “a veces los niños tratan de quedar bien de que los papás les elogien no van a comunicar que algo les molesta”, concluye.

A nivel educacional Ponce sugiere que exista una valoración al estudiante como estudiante y no por sus resultados académicos “Es importantísimo, y los profesores tenemos que ver la formación humana, debería haber un equilibrio entre las notas, el proceso, lo que el niño sabe y los resultados. No solamente debe enfocarse en la nota final.

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