Su autoestima avasallante es el mejor antídoto contra las mortificantes sesiones de quimioterapias. En esta semana acudirá a la última y aunque para su médico el tumor sigue igual, ella se siente aliviada.
“Tengo seis años y medio con mi enfermedad. Y en mayo del año pasado me detectaron de nuevo un tumor invasivo en la cabeza, desde la fosa izquierda de la nariz hasta el ojo; me está presionando el globo ocular”, cuenta Luisa Layedra, una madre soltera de 43 años.
Luisa no usa turbantes ni pañuelos para cubrir su cabeza; le molestan. No se avergüenza de mostrar los cabellos ralos que dejan ver su cráneo. Esa es la huella que le dejó la quimioterapia, pero para ella es un símbolo de su lucha. “Desde la primera vez que se me cayó el cabello no me avergüenzo. Eso no me desanima, porque mi razón principal de vida son mis hijos de 8 y 5 años”.
La mañana de este viernes 7 de marzo, Luisa fue parte de las 100 mujeres que asistieron a un agasajo adelantado por el Día de la Mujer -que se conmemora mañana 8 de marzo-. El festejo fue organizado por Asociación Ecuatoriana de Pacientes con Cáncer, Esperanza y Vida, del hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Seguro Social en Guayaquil.
[[OBJECT]]La Asociación Ecuatoriana de Pacientes con Cáncer, Esperanza y Vida, agasajó a 100 mujeres por el Día de la Mujer. Foto: Enrique Pesantes
Todas, como Luisa, son sobrevivientes o aún mantienen su batalla contra esta enfermedad. En Ecuador, 16 de cada 100 muertes se derivan de este mal. Solo el cáncer de mama es causante de más del 35% de casos entre mujeres.
En el mundo, para el año 2030, se diagnosticarán casi 22 millones de casos de cáncer frente a 14 millones en 2012. Esto según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Narcisa Fajardo tiene 12 años de lucha. Los médicos le diagnosticaron cáncer de mama y le extirparon el seno izquierdo. Su esposo, Carlos Vera Vera, fue su soporte. “Nunca me dejó sola. Él estuvo conmigo en cada quimioterapia… Y esta enfermedad no da tregua; hay que estar atento el resto de la vida”.
“El cáncer nos hace doblemente mujeres”, dice orgullosa Francisca Reina, presidenta de la Asociación. Hace 12 años, el cáncer también le arrebató uno de sus senos pero no su feminidad. “Esta es una enfermedad que mutila. Al inicio fue un choque emocional para mí, me sentía una mujer incompleta. Hoy sé que valemos por lo que somos y por nuestras familias que nos apoyan”.