Horus es un Pitbull que fue diagnosticado por especialistas como agresivo. Miembros de una organización que vela por los derechos de los animales en el Ecuador lo rescataron y aseguran haberlo rehabilitado. Foto: Gabriela Castellanos/ EL COMERCIO.
Cuando Camilo Ramírez, miembro de Acción Animal Ecuador pasa con Horus, un pitbull de un poco más de un año de edad, por la calle muchas personas se asustan y cruzan al otro lado de la acera. Esto sucede por el aspecto ‘agresivo’ del can que genera miedo en las personas.
Horus es un perro que está en proceso de rehabilitación a cargo de Acción Animal Ecuador, un colectivo que vela por los derechos de los animales en el país. A los pocos meses de nacido, sus dueños le cortaron las orejas y lo mantuvieron encerrado en un espacio de cuatro metros cuadrados con otro Pitbull, también macho, a quien estuvo a punto de matar en una pelea.
Ramírez afirma que los problemas de este tipo de tenencia de un pitbull se pueden manifestar al cumplir el primer año de vida, pues allí “empiezan a formar su carácter y a buscar liderazgo del territorio”. Antes de eso, cuando todavía son cachorros, la raza se caracteriza por ser juguetona.
Horus fue catalogado por un especialista como un perro agresivo y por eso, según Ramírez, los dueños lo abandonaron en un centro agrícola de Sangolquí para que lo durmieran. Sin embargo, la veterinaria que lo recibió se negó a sacrificar al can y llamó a Acción Animal Ecuador.
Horus estuvo en el plantón realizado a favor de la Ley Orgánica de Bienestar Animal (LOBA) el pasado 11 de marzo. Allí estaba custodiado por Juan Alejandro Espinosa, otro miembro de Acción Animal Ecuador, quien destacó el buen comportamiento del perro “es ansioso y un poco tosco”, afirmó, pero ya no intentaba atacar a los otros perros.
Espinosa cuenta que Horus “fue criado para matar” y que también fue víctima de mutilación en sus orejas- algo prohibido en el país por ser considerado maltrato animal-. Además, el proceso no se había realizado correctamente. Esta afirmación se basa en la mala cicatrización de las orejas del pitbull que tienen laceraciones en los extremos por una infección.
La mutilación en las orejas de Horus no se hizo en condiciones apropiadas por lo que no se cicatrizaron correctamente y sufrieron una infección. Foto: Gabriela Castellanos/ EL COMERCIO.
No es solo la raza, según Ramírez, pues la mutilación en los animales les causa varios traumas tanto por el dolor como por las infecciones que se dan cuando la parte mutilada queda expuesta al ambiente. “Seguramente si lo haces con un golden retriever (un perro considerado dócil) reaccionará igual. El dolor y sufrimiento por el que pasaron hace que actúen de esta manera”, según Ramírez.
A los pitbull les cortan las orejas para prepararlos para peleas. Originalmente, esta raza de perros tiene las orejas largas y durante un enfrentamiento los atacantes se dirigen a sus orejas.
Cuando las personas entrenan pitbulls para peleas uno de los primeros pasos es mutilar las orejas del animal. “Otros, más noveleros, que se dejan llevar por la agresividad de la raza y lo que se dice de ella le cortan las orejas para que se vea más agresivo”, asegura Ramírez.
Los pitbull son perros que requieren bastante cuidado, pues son temperamentales y tienen mucha energía. Los miembros de Acción Animal Ecuador recomiendan a quienes tengan uno estar pendientes por si el can muestra signos de agresividad para que sea rehabilitado lo más pronto posible.
Para rehabilitar a un perro es importante el proceso de socialización, pues cuando los canes no comparten con otros de su especie se vuelven territorialistas y pueden atacar a otros perros. “Su primera reacción es atacar para defender a su territorio, el líder de su manada o a sus dueños”.
Al socializar, el perro se da cuenta de que nadie va a hacerle daño, asegura Ramírez. Sin embargo, el acercamiento con otros perros no se puede dar en una primera etapa. Hay rehabilitaciones que se pueden demorar uno o dos años y otras que pueden tomar una semana.
Horus camina con tranquilidad en las instalaciones del refugio de Acción Animal Ecuador que actualmente lo acogen. Ha socializado con otras hembras y si bien todavía tiene tendencia a enfrentarse con otros machos, ya no tiene problemas con humanos y perros pequeños. “Es un perro sociable, se ha rehabilitado”, asegura Ramírez.
Este proceso les ha funcionado a los miembros de Acción Animal Ecuador en varias ocasiones, no solo con el caso de Horus. “Han venido Schnauzers con problemas de actitud que han tenido problemas mucho más graves que el de Horus y se han rehabilitado”, afirma Ramírez. Asimismo, recibieron un french poodle que mostraba signos de agresividad por proteger a su familia.
Nick, el Schnauzer que mejoró su temperamento gracias al tratamiento, ya fue adoptado, según Ramírez. Los miembros de la organización, que se han mantenido en contacto con la familia adoptiva de Nick saben que nunca más atacó a una persona y no ha tenido problemas de conducta.
Los miembros de Acción Animal Ecuador esperan que Horus tenga la misma suerte que Nick. Por ahora, lo llevan a colegios y a charlas sobre tenencia responsable de Pitbulls “se ha portado genial. La gente se enamora por su apariencia agresiva pero lo contrarresta con su nobleza de carácter y personalidad”.