Introducción:
A María Espinosa llegué gracias al amigo de un amigo, mientras yo estaba de paso por Ibarra. Mujer descomplicada y amable, no hizo preguntas antes de sentarse para ser entrevistada. Desde hace 12 años trabaja en distribución farmacéutica, en Farmaenlace, donde coordina las adquisiciones. Cuando le pregunto si es ‘workaholic’ no sabe el significado de la palabra, pero se la explico y con una sonrisa me cuenta que su tercera hija (de 8 años) casi nace en un auto, porque ella con 38 semanas de embarazo seguía viajando entre Ibarra y Quito por trabajo. “Me gusta tanto lo que hago, que a veces me olvido que tengo que ir pronto a la casa” (risas).
Testimonio:
Cuando cumplí 40 años, pensé que me iba a bajonear un montón, porque decía: ¡40 ya suena! Pero en realidad ha sido todo muy bueno. Eso sí, siempre tengo que mantener mi autoestima elevada para mirarme como yo quiero que los demás me miren.
A los 17 años ya empecé a trabajar, y me casé muy jovencita, a los 18. Ahora pienso que me hubiera gustado disfrutar más de mi juventud. Algunas amigas mías recién se están casando, en cambio yo ya tengo hijos grandes. Y claro que el hecho de ser mamá joven te da muchas ventajas también, porque puedes compartir tu juventud con tus hijos, pero sí me hubiese gustado vivir una juventud distinta; quizás haber ido un poco más despacio.
Pero en este momento estoy bien, contenta, nada me preocupa, porque tengo una familia estable y una relación de pareja también estable. A veces cuando recién te casas las cosas son inestables, y están los celos además. Para mí fue fuerte, porque al principio yo no entendía que tenía que quedarme en la casa con la bebé. Iba a la universidad y mis compañeros me decían que salgamos y yo aceptaba, me iba y luego mi esposo me estaba buscando para que volviera pronto a la casa.
Como siempre me ha gustado ser líder, por ejemplo fui presidenta de la Escuela de Comercio Exterior en la (universidad) Católica. Me acuerdo que cuando me eligieron presidenta me fui con los chicos a festejar; cuando llegué a la casa mi esposo me quería matar, mi hija recién tenía 1 año (risas). En esa etapa de mi inmadurez mi esposo fue muy paciente. Bueno, él tiene 10 años más que yo.
Él es docente, de hecho ya era docente en la época en la que éramos enamorados, cuando yo tenía 15 años. Su pasión en esta vida es la docencia, educa a niños, y trabaja como inspector general y coordinador en un colegio.
En nuestro tiempo libre nos gusta mucho ir al cine con los chicos y también ver fútbol. En la casa todos somos de Liga (Deportiva Universitaria), menos mi marido que es de El Nacional, o sea todos somos blancos y él es la única manchita roja, pero no importa. Yo acabo de volver del Mundial, porque la compañía me premió con un viaje; mi jefe dice que es la recompensa a estos 12 años de trabajo con ellos. Con los ejecutivos de la empresa también me he ido a Colombia y a Argentina a partidos de las eliminatorias. Me gusta mucho el fútbol y esta empresa es futbolera a muerte.
Me encanta trabajar aquí, pero en unos cinco años más yo ya quisiera ser dueña de mi propia farmacia. Y en 10 tal vez ya ser abuelita. Pero como me encanta viajar, antes de tener nietos quiero darme la vuelta al mundo; apenas me jubile ese es mi plan.