El ciclista Fernando Criollo al norte de la ciudad de Quito. Foto: El Comercio
Andar en bici es sano y entretenido. Permite ahorrar tiempo y dinero en los desplazamientos, además de que ayuda a aminorar la huella de carbono en cuanto a la movilidad.
La principal traba que encuentra quien nunca ha circulado en bici por la ciudad es el miedo al tráfico y quedarse varado. Pues bien, moverse en bicicleta por la urbe no solo no es difícil, sino que llega a ser gratificante, siempre que se tome en cuenta una serie de precauciones.
Con esta idea inició el taller de ciclismo urbano que se realiza en la casa Okupa Pucará, en el norte de la urbe. El curso arrancó el pasado lunes 28 de julio y durará hasta el próximo 18 de agosto.
En el primer módulo, el ciclista Ricardo Rodríguez, enseñó a los cerca de 30 participantes una guía de mecánica básica para sus ‘caballos de hierro’, como suelen llamar los ciclistas a sus vehículos.
Lo primero fue identificar las partes más importantes de la bici: cadena, ruedas, frenos, dirección y cableado.
Para revisar el estado de estos componentes es necesario poner la bici boca abajo (el asiento y el manubrio en el piso). De esa forma, y moviendo los pedales lentamente, se puede comprobar que todos los eslabones de la cadena estén bien.
Para que las llantas queden alineadas y listas para circular, basta con hacerlas girar y ponerse frente de ellas, si hacen un movimiento que simula un ocho necesitan ser ajustadas hasta que giren en línea recta.
Los frenos son fundamentales en el mantenimiento, tanto los cables como las zapatas. Al frenar, la maneta no debe llegar hasta el puño del manubrio, esto indicará que hay poca tensión en el cable o que las zapatas están muy gastadas.
Juan Carlos Carrillo, estudiante de Arquitectura, se moviliza en bici desde hace cinco años. Él agrega que la limpieza de su vehículo alternativo también juega un papel importante. Se puede hacer una vez por mes con agua y jabón y para las partes pequeñas e inaccesibles, usar un cepillo es suficiente.
Una vez limpia y seca la bici, el siguiente paso es el engrase. La cadena necesita poca cantidad. Si la bici es de marchas (que es lo más probable), después de engrasar esa zona hay que seguir con los platos y los piñones. Finalmente se comprueba que la presión de las ruedas sea óptima y así se inicia el desplazamiento por la urbe.
En Quito, 80 kilómetros están destinados para el uso de los ciclistas. Según la Encuesta de Movilidad, de los 4 271 565 viajes diarios, 13 206 se hacen en este medio de transporte.
Por ello, aprender normas básicas de circulación es necesario. De ello se encargó Galo Cárdenas, él dictó la conferencia Movilidad alternativa: Derechos y obligaciones. Ahí se habló del equipamiento adecuado (casco, luces) y consejos.
Está previsto que a las 17:00 de este lunes 18, el taller finalice con Bicicine, que presentará un documental de movimiento bicicletero en la región. El cierre será con una cicleada nocturna y el fin de semana habrá un paseo al Chaquiñán.