El nailart prevalece a pesar de la acetona

Instragram de andreitus-nails

Instragram de andreitus-nails

La luz solar del atardecer quiteño traspasa las cortinas e ilumina débilmente la mesa de trabajo. En su superficie reposan en desorden intencionado paletas con manchas multicolores, pinceles con cerdas finísimas, limas de uñas, un envase de 485 mililitros de acetona azul claro…

Toma el control remoto y sintoniza un canal en particular justo a tiempo para disfrutar las escenas finales de una película que tiene como protagonista a Theo James, conocido por su papel de Tobias Four Eaton.

Semanas atrás había realizado una de sus obras maestras inspirándose en él y en la película que protagoniza junto a Shailene Woodley, 'Divergente'. En dos de sus uñas, reprodujo sin olvidar ni sombras ni facciones los rostros de ambas estrellas de Hollywood.

Para Andrea Alvarado- de 24 años- que el canvas sea diminuto no es una razón para escatimar en detalles. Pincelada tras pincelada va creando primero la nariz, luego los ojos, las cejas, el cabello- con sus variantes tonales-, la quijada, sin olvidar ni las orejas.

Esta pieza de nailart le valió más de 6 500 'likes' en Instragram y el reconocimiento de decenas de seguidores, algunos de los cuales demostraron su incredulidad porque no creían que imágenes de ese tipo podían caber en superficies tan pequeñas.

El nailart va más allá de la manicura que estampa figuras simpáticas en las uñas. Es un tipo de expresión artística que recrea obras- rostros o escenas de películas o libros- en espacios limitados y que cuenta con una comunidad global en la red.

El llamativo mosaico de 'posts' del Instragram de Andrea (andreitus_nails), repleto de uñas tornasol y esmaltes, tiene la pinta de lo que sería un museo digital de la cultura pop de los últimos tiempos.

Claro que hay saltos de tiempo que rompen con la uniformidad. Diseños que funcionan como flashbacks y activan la nostalgia: Joshi y Luigi sobre un fondo de cuadros negros y blancos, los personajes de Los Rugrats y también, realizada en época navideña, una reproducción a escala del Grinch.

Este último diseño lo hizo junto a Eva, cuyo seudónimo es 'coewless' en Instragram, en una modalidad del nailart que se denomina 'uñas gemelas'. Aunque Eva vive a miles de kilómetros de distancia- en Dinamarca- y su amistad es de naturaleza 'online' ambas se las arreglaron para replicar la misma escena en sus uñas.

La similitud asombra aun cuando los minúsculos dibujos resultantes no son idénticos entre sí. Las escenas replicadas conservan la esencia de las ilustraciones típicas de Dr. Seuss: los amarrillos ojos saltones del Grinch, sus delgados y alargados dedos, su mueca pícara de maldad.

El éxito de este tipo híbrido de arte está en los detalles, de imprimir en cada obra miniatura al menos un ápice de perfección. Así, una aficionada del nailart se vuelve experta en reproducciones facciones, emociones, expresiones…

Una pared del cuarto de Eva, 21 años, está cubierta del techo hasta casi el piso de destellantes esmaltes de las más variadas tonalidades. Cada uno tiene su lugar preciso, el que la joven danesa le ha asignado para mantener intacta la visión de orden cromático.

En contenedores plásticos transparentes y cajas blancas impecables guarda el resto de esmaltes e implementos necesarios para realizar sus creaciones. Todo en orden. Todo en armonía.

Eva cuenta que no empieza ningún diseño sin bocetearlo previamente en una hoja de papel, que después servirá de paleta, y probar los colores que darán vida a su pequeña obra.

Esa misma organización que aplica para mantener en orden sus herramientas de trabajo es la que le permite lucir en sus uñas, ya sea complicados patrones tribales, dulces hiperrealistas o detallados duendecillos de San Patrick's Day.

Aunque hay piezas que no le toman más de dos horas- en base a figuras básicas- hay proyectos que ella califica de intrincados en los que se puede tardar días, en gran parte porque cuando se trata de nailart no restringe el tiempo para lograr que todo se vea justo como quiere.

Anna, de 19 años, originaria de Rusia y seguidora de Andrea y Eva, apenas se inaugura en esta minucioso arte y aunque no tiene la misma paciencia de las dibujantes más experimentadas, sus trabajos- de rostros sobre todo- impactan por lo elaborados.

A inicios de junio fue a ver 'X-Men: Días del futuro pasado' y la película le gustó tanto que de inmediato ideó un diseño inspirado en uno de los personajes. Varias horas después de escuchar incansablemente el tema Time In A Bottle (parte del soudtrack del filme) creó su pequeña versión de Quicksivler. Esta es la obra que más le enorgullece.

La joven rusa trasladó su talento innato para realizar retratos 'comunes y corrientes'- a lápiz y papel- al peculiar canvas de las uñas de las manos. Así, las pulcras imágenes recreadas en las limitadas superficies tienen la misma profundidad y fuerza que cualquiera de sus retratos de ‘tamaño real’.

Lograr que la semisonrisa del Dr. Hannibal Lecter sea igual de tenebrosa que en la televisión o replicar los deslumbrantes ojos claros de Zooey Deschanel en '500 Days of Summer' es posible para Anna gracias a los acrílicos que usa para pintar.

"Siempre uso pinturas acrílicas, son perfectas para mi. Con ellas puedo lograr muchos más detalles y corregir fácilmente errores", menciona la entusiasmada Anna.

Andrea le debe también su precisión a los acrílicos y a su profesión de arquitecta. Cuando está trabajando en un nuevo proyecto sus manos no tiemblan ni por un instante. Sus movimientos son certeros pero delicados, rápidos y exactos.

La técnica que ha pulido desde septiembre de 2012- cuando nació su pasión por el nailart- le ha valido reconocimiento, identificado con una letra K en su número de seguidores, en Instagram y otras redes sociales.

Así, el nailart se origina en la realidad y se nutre y crece en el mundo virtual. Por eso vale la pena tomarse un tiempo y abundar en adornos, en detalles. Porque en este caso las creaciones en miniatura perecen con la acetona pero su continuación fotográfica se viraliza en la web.

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