A un día de la llegada de la banda de rock mexicana Panda al país para sus presentaciones -mañana en Quito y el sábado en Guayaquil-, EL COMERCIO conversó telefónicamente con el bajista de la agrupación, Ricardo Treviño.
El músico -cuya marca suelen ser las camisetas del grupo canadiense Rush que usa en recitales- empezó la charla con detalles de lo que serán sus presentaciones en escenarios ecuatorianos.“Estamos muy contentos de volver. No hemos estado unos tres o cuatro años en Ecuador (su última vez en Quito fue en enero del 2010). La gente que ya nos ha visto ya sabe más o menos cómo son nuestros conciertos. Es un concierto de larga duración (dos horas) en un recorrido de toda la historia de la banda porque tocamos desde el primer disco hasta el último”, señaló el encargado de los sonidos graves con su acento regiomontano.
De hecho, el haber sido parte de la escena rock de Monterrey fue una de las claves para el eventual despegue internacional de la banda.
Tal como Treviño confiesa, su ciudad en los 90 “era uno de esos lugares especiales”. “La demanda por el rock era muy grande gracias a grupos que salieron antes que nosotros como Control Machete, Plastilina Mosh o Jumbo. Era una escena muy ‘padre’ en donde en todos lados había música rock. Eso después de nosotros duró un par de años y luego empezó a declinar”, dijo.
En realidad, Panda se considera afortunada de haber salido de una ciudad que ofrecía espacios para recitales aunque, según el bajista, la realidad de las nuevas bandas de Monterrey no tenga tantos lugares como antes. Lo cierto es que de un circuito constante de conciertos se pudo consolidar -con ventas certificadas de oro y platino- un cuarteto en el que ninguno de sus miembros tuvo estudios formales de música.
“Me da mucha tristeza que hay gente muy talentosa y estudiada que no logra capitalizar todo su talento en este negocio. (Para nosotros) fue algo especial lo que pasó con la banda. Es muy difícil de lograr y de explicar cómo funciona o cómo una banda puede sobresalir. Estuvimos en el lugar correcto, con la música correcta y con las personas correctas para explotar el grupo(…). (El negocio) no es nada más de cuánto sepas de música”, reflexionó Treviño.
En ese sentido, el del negocio, Panda ha sabido capitalizar las dificultades de la actual industria. Para hacer frente a la baja de ventas físicas de discos a escala mundial, el grupo no tuvo reparos en asociarse con marcas, como al lanzar su último disco ‘Sangre fría’ (2013) a través de gaseosas. “Son alianzas; formas muy inteligentes e innovadoras para nosotros de llegar a más gente con nuestra música y para ellos de usar esos recursos de promoción con nuestra imagen y atraer más gente”, dijo el fan de Rush.
Su estrategia ha logrado colar sus placas dentro del ‘mainstream’, algo poco frecuente en grupos de rock.
Para Treviño -quien escucha de todo pero siempre regresa a sus raíces en el rock de los años 80-, la clave ha sido no desviarse del sonido de guitarras que caracteriza al grupo y, sobre todo, hacer lo que les gusta por sobre cualquier imposición. “Es la pieza más importante de nuestra música”, finalizó el integrante de Panda.