Científicos de la Universidad de Illinois de EE.UU junto con la fundación ROMP y Proteus realizaron la prueba de una prótesis de brazo en el paciente Juan Suquillo. Foto: Patrición Terán/ EL COMERCIO
En la clínica Proteus se realizó la mañana de este jueves 21 de agosto la demostración del funcionamiento del primer prototipo de prótesis de brazo myoeléctrico, desarrollado por la organización Range of Motion Projects (ROMP).
Esta se conecta a través de censores al músculo del brazo logrando que la prótesis pueda reproducir los movimientos.
David Krupa, cofundador de ROMP, explicó que el cerebro es como una computadora, los nervios envían señales eléctricas que llegan al músculo y al momento de activar el músculo, este emite unas señales eléctricas a nivel de la piel que los electrodos deben detectar.
Esta señal pasa por un amplificador para que sea más fuerte y pueda ser procesada. Ese es el mensaje que le indica a la mano robot qué debe hacer.
Actualmente el proyecto se encuentra en una primera etapa de desarrollo ya que el objetivo final es en base a estas prueba y estudios, hacer circuitos más pequeños que van a ser instalados dentro de la prótesis con baterías y electrodos que funcionarán como punto de contacto dentro de éstas.
El concepto existe alrededor de hace 40 años, como lo dice Krupa, pero lo interesante en este momento es que con el software que han desarrollado, se puede detectar los diversos patrones de electricidad que existen alrededor del brazo.
De esta forma la persona no solamente podrá abrir y cerrar la mano, también podrá realizar diversos movimientos con los dedos ya que es una conexión directa del cerebro a la prótesis.
Juan Suquillo fue la persona elegida para realizar la demostración. El perdió su brazo izquierdo hace 33 años en la guerra entre Perú y Ecuador.
A través de los movimientos que hace Juan, se registra en la pantalla de la computadora como éstos van cambiando. En base a las señales el sistema guarda la información y la mano robot puede repetirlos cuando él mueva nuevamente sus músculos.
Actualmente puede detectar de cinco a seis movimientos pero se espera que pueda imitar de ocho a diez patrones.
Krupa explica que el músculo ya no está acostumbrado a realizar estas inclinaciones si la persona perdió una parte de su cuerpo hace mucho tiempo.
Es por esto que hay un proceso en el que vuelve a adaptarse a usar sus músculos. Una las técnicas para su estimulación es la utilización de un espejo entre sus dos manos, esto permite que el paciente se ayude mediante el reflejo imitando los movimientos de la otra mano.
Esta prótesis en el mercado tendrá un precio de alrededor de USD 1000, el valor es posible gracias a la “revolución de la manufactura” como afirma Krupa ya que la utilización de impresoras 3D para su fabricación permite que sea más económico y accesible. Una mano myoeléctrica básica esta en alrededor de USD 6 000 en el mercado actualmente.
Se espera una visita a finales de este año de miembros de ROMP para continuar con el proyecto y para el próximo año poder ya instalar las prótesis en las personas y enviarlas a sus hogares.
Esto marcaría el inició de la segunda etapa en la que se pruebe como ha sido la experiencia de las personas.