Tributo a Pink Floyd con la banda de House of Rock Café, norte de Quito. Foto Diego Pallero/ El Comercio
Las escenas musicales más relevantes del mundo cuentan lugares no solo pensados para eventos masivos sino también para pequeños. De hecho, es en el espacio de los bares que corrientes como el punk y el rock surgieron. La ecuación es simple: si hay dónde tocar se consolida la escena. Para ver cómo está Quito en ese sentido, se ha realizado un recorrido por lugares de los que todo amante del rock debe estar al tanto.
Para no entrar en purismos cabe explicar que cuando en este artículo se habla de rock, se lo hace sobrepasando el estilo de música. Por hoy, no importa si en los amplificadores de los lugares suena ska, punk, reggae, funk, metal, rock, folk, hardcore o cualquier tipo de música alternativa. Lo más importante es que sea inédita.
Ahora sí, la primera parada de este tour se inicia en un lugar ubicado por el Registro Civil del norte. Ahí se encuentra Penny Lane Street (Jorge Drom N37-79 y UNP). Aparte de que se han presentado dentro del local bandas con material propio como Ismusqa Brown (funk) o The Rude Monkey Bones (ska), se ha acogido una iniciativa en la que se toca en la terraza. Así han sonado Inayu (rock), Estereo Humanzee (electro) y las cantautoras Amanda Vizen, Aby Moe y Dominga y los Lunes. La entrada promedia los USD 7.
Si se avanza por la av. Amazonas en dirección sur, el rock hace un alto a la altura de la República, en el Bocabierta (República E4-12 y Rumipamba). Aquí, la música en vivo tiene un espacio gratuito de micrófono abierto los miércoles en donde se han subido desde artistas amateur hasta consagrados como Jaime Guevara. No es raro tampoco que los sábados haya algún concierto que promedie los USD 5. El lugar recibe con igual apertura a todo tipo de artistas desde trovadores hasta metaleros; lo que importa es el sonido.
Si se sigue hacia La Mariscal, justo en la frontera está un bar-concierto que hace honor a su marca. El Taita Rock (Orellana E9-44 y 6 de Diciembre) es el sitio para empaparse de la movida quiteña, pues ofrece shows en vivo de miércoles a domingo, por entradas que van desde la gratuidad hasta los USD 7. Bandas nuevas y consagradas de todos los géneros alternativos tienen cabida en este lugar que, si bien presenta ciertos tributos, se especializa e incentiva la creación de música inédita.
Ya dentro del sector conocido como ‘La Zona’, hay opciones que se destacan más que otras, ya sea por periodicidad o por la apertura a música inédita. Por ejemplo, en Ventana Arriba (Foch E4-272 y Amazonas) ha habido cabida para propuestas como las de Queen Size Bed, Blues Project Rolling, Ruta 7 o Neo Runa.
Lo propio ocurre con cierta regularidad en otros espacios como La Estación y como el Dirty Sánchez, ambos sitios se ubican uno junto al otro en la calle Joaquín Pinto y Reina Victoria. El primero abre sus puertas a artistas de rock en una onda más acústica aunque es más habitual escuchar actos de jazz o de canción de autor (en la onda del Pobre Diablo -Isabel La Católica y Galavis- que también suele abrazar propuestas de rock).
El segundo suele presentar shows semanales que van desde el electro hasta el indie rock. En ambos el ‘cover’ promedia los USD 5. Otro sitio del sector para poner atención es Pide Pizza (Reina Victoria y Wilson) que desde el próximo mes pondrá en marcha una serie de rock acústico llamada Nuda Set.
Ahora bien, si lo que se busca es escuchar ‘covers’ de artistas extranjeros, el House of Rock (Isabel la Católica N24J y Coruña) o el Garage (República Oe3-431 y Mañosca) se han especializado en esta modalidad de tributos con entradas que van desde los USD 7 a los 12, de jueves a sábado. No obstante, cabe decir que sí ha habido raras ocasiones que presentan bandas con material propio.