Amplios y ornamentales jardines ponen el marco a la construcción de corte sustentable. Al fondo se observa la cálida y colorida decoración interior del Salón del Cielo.
El ferrocarril sigue siendo un gran medio de transporte masivo en muchos países del mundo. Uno de ellos es Taiwán (República de China), país que se levanta en la isla de Formosa.
El Taiwan Railway es una de las columnas vertebrales de la comunicación de esta nación y sirve para unir ciudades, poblaciones y sitios turísticos.
Para reforzar esta vocación turística, explica https://www.archdaily.com, se inauguró la estación Miaoli, en la ciudad del mismo nombre, ubicada en el noroeste de Taiwán y que inicia la línea de montaña.
Este ambicioso proyecto de 2 756 m² de construcción fue diseñado por el estudio Bio-architecture Formosana, que visualizó a la estación como un puente que une el este y el extremo oeste de Miaoli.
El diseño arquitectónico, explica https://www.designboom.com, resaltó la cultura agraria de la zona y su cálida hospitalidad. Fruto de esta propuesta son los techos inclinados y los paneles rojos y con motivos florales que decoran el interior del vestíbulo principal, bautizado como Salón del Cielo.
La estación, explica Archdaily, ofrece una gran planta abierta y continua. Es un nexo permanente entre el este y el oeste de la ciudad.
La fachada de la entrada oriental posee un mural con flores ‘tungoil’ y otros elementos del folclor local.
Los techos, asimismo, poseen paneles de tela y hojas de metal perforadas. En la entrada oeste, las paredes están revestidas de abeto chino, en honor a la tradición de la tala en madera que posee Miaoli.
Pero esta estación ferroviaria posee muchos más elementos interesantes que ser un reflejo de la cultura local.
Es una de las muestras más acabadas de arquitectura sustentable de esta época. Por esa razón, cuenta Designboom, es una ‘construcción diamante’ acreditada este año por el EEWH Green Building Label, la más prestigiosa institución mundial creada para resaltar las edificaciones sustentables y más amigables con el ambiente y el entorno construido.
Entre las innovaciones tecnológicas que aporta la edificación está la larga cubierta revestida con chapa de acero con recubrimiento de una aleación de aluminio-zinc.
Esta reduce el peso de la construcción del puente elevado que conforma la segunda planta, pues la primera sirve para recibir a los rieles del tren y para acomodar las paradas.
Gran parte de los techos se cubrió con espejos con un solo objetivo de diseño: estirar la altura de la construcción e introducir la sensación de ‘infinito’ en el Salón del Cielo.
Durante las horas pico de ocupación, la ventilación cruzada que generan las aberturas en las fachadas sur y, sobre todo, la norte, sirve para mantener un ambiente agradable en todo el interior del edificio.
Aberturas rectangulares en las paredes y circulares en los techos permiten, en cambio, optimizar la iluminación natural y generan efectos geométricos sin límites.
La acumulación de energía se realiza a través de dos sistemas: paneles fotovoltaicos y molinos de viento integrados en un solo sistema. Con estos enfoques sostenibles y ambientales, la estación de tren de Miaoli está en correspondencia con la honrosa etiqueta ‘Edificio verde’.
Los exteriores del complejo ferroviario también cumplen con su función ecológica, pues están llenos de jardines que privilegian las especies endémicas de la isla y que ponen un marco verde a las caminerías de concreto que existen.
Otro de los aportes arquitectónicos del taller Bio-architecture Formosana fue incorporar en el extremo oeste una plataforma escalonada flexible.
En ella pueden descansar y recuperar fuerzas mientras son entretenidos por músicos y teatreros locales. En el futuro, esta rampa se conectará directamente con la zona comercial de esta coqueta ciudad.