Juan Montalvo murió en París en 1889. Su cuerpo no está sepultado sino que fue embalsamado y permanece en el museo en Ambato. Foto: Wikicommons
El culto a las últimas moradas de escritores, artistas y figuras culturales de una época o un país no es gratuito. Miles de personas viajan año a año a grandes cementerios para reencontrarse con los autores de textos memoriables, así como investigadores emprenden búsquedas exhaustivas para develar las circunstancias de un fallecimiento, o para conocer más sobre sus biografías.
Es el caso de Miguel de Cervantes, y el posible hallazgo, en esta semana, de su féretro en la cripta del templo de las madres Trinitarias Descalzas de Madrid; dato aportado por un acta de 1870 de la Real Academia, y que aún está por confirmar por el equipo investigador.
Pero mirando hacia Ecuador, ¿qué se conoce del paradero de los restos de figuras emblemáticas de la cultura nacional? En la mayoría de los casos aquí tratados hay certeza de dónde se puede visitar y recordar a Juan Montalvo, Aurelio Espinoza Pólit, César Dávila Andrade, Medardo Ángel Silva, Mary Corilé o Aracely Gilbert.
A continuación, un repaso breve a la vida de escritores, historiadores y artistas de Cuenca, Guayaquil, Ambato y Quito; y la ubicación de sus féretros.
César Dávila Andrade
(Cuenca, 1918 – Caracas, 1967)
César Dávila Andrade. Foto: Archivo
Poeta, narrador, periodista y ensayista que nació en Cuenca en 1918. Publicó libros de poemas como ‘Espacio me ha vencido’, ‘Arco de Instantes’, ‘Conexiones en la tierra’… También hizo cuentos como ‘Abandonados en la tierra’, ‘Trece relatos’ y ‘Cabeza de gallo’. Desde 1951 se radicó en Caracas, ciudad donde falleció 16 años después. Según su sobrino, Jorge Dávila Vázquez, sus restos están enterrados en la capital venezolana.
Mary Corilé (María Ramona Cordero y León)
(Cuenca, 1901 – Cuenca, 1978)
La poeta y escritora cuencana usó como seudónimo una suerte de abreviatura de su nombre. Perteneció a una familia de intelectuales y literatos. Fue sobrina nieta del presidente Luis Cordero e hija de la poeta Ángeles León. Está enterrada en el Cementerio Patrimonial de la capital azuaya. Su féretro es un túmulo que solo lleva su seudónimo plasmado en una gran placa de piedra.
Dolores Veintimilla de Galindo
(Quito, 1829 – Cuenca, 1857)
Pese a su corta trayectoria en la lírica ecuatoriana del siglo XIX, se destacó por sus poemas y textos literarios. Luego de suicidarse, su cadáver fue arrojado literalmente en un hueco del cementerio de Cuenca y, de acuerdo con los administradores, tiempo después su cuerpo fue reclamado por algún familiar o conocido; probablemente sus restos estén ahora en Quito.
José Joaquín de Olmedo
(Guayaquil, 1780 – 1847)
Poeta, abogado y político ecuatoriano, que se hizo notable en la era independentista y en los inicios republicanos de Ecuador. Fue uno de los principales impulsores de la Revolución en Guayaquil el 9 de octubre de 1820. En 1821 escribió su Canción al 9 de octubre considerada el primer himno que ha tenido el territorio ecuatoriano. En 1838 fue Alcalde Primero Municipal de Guayaquil, desde entonces se dice que el alcalde la ciudad ocupa el “sillón de Olmedo”. Está sepultado en el Cementerio Patrimonial de Guayaquil.
Medardo Ángel Silva
(Guayaquil, 1898 –1919)
Medardo Ángel Silva. Foto: Archivo
Poeta ecuatoriano perteneciente a la llamada Generación decapitada. Silva era el menor, y acaso el más importante poeta de la generación del novecientos, que introdujo el modernismo en la literatura ecuatoriana. Poeta del dolor, del amor imposible, del hastío de vivir, ha dejado algunas de las más bellas páginas de la literatura ecuatoriana. Era un adolescente cuando escribió Libro de Amor, Las Voces Inefables, Estancias, Estampas Románticas. Es también autor de prosas poéticas y de una pequeña novela titulada María Jesús. Sus restos reposan en el Cementerio Patrimonial de Guayaquil.
Aracely Gilbert
(Guayaquil, 1913 – Quito, 1993)
Aracely Gilbert. Foto: Archivo
Artista plástica ecuatoriana, es reconocida por sus trabajos basados en el abstraccionismo geométrico. La pintora se destacó por introducir la pintura abstracta donde existía un ambiente dominado por el realismo social y la pintura indigenista. Sus obras, en las que toma relevancia el plano, la línea y el color, están desperdigadas por países como Chile, Estados Unidos, Francia, Suecia y Brasil. La Fundación Archivo Blomberg la considera como la pintora ecuatoriana más importante del siglo XX, responsable junto a Manuel Rendón de la introducción del arte no figurativo en el Ecuador. Está sepultada en el Cementerio Alemán de la ciudad de Quito, junto a su esposo Rolf Blomberg.
Pablo Palacio
(Loja, 1906 – Guayaquil 1947)
Pablo Palacio. Foto: Archivo
Narrador ecuatoriano cuya obra se inscribe en las vanguardias por su naturaleza grotesca, absurda e irreverente. Fue un adelantado en lo que respecta a estructuras y contenidos narrativos, con una obra muy diferente a la de los escritores del costumbrismo de su época. Abogado y profesor de filosofía, su vida relativamente breve, su obra precoz, su militancia en el socialismo, sus posturas inconvencionales y su demencia final, arrojan sobre su biografía unas penumbras novelescas. Algunos críticos lo describen como cultor de la antinovela. No se sabe a ciencia cierta dónde descansan sus restos.
Juan Montalvo
(Ambato, 1832- París, 1889)
Su cuerpo no está sepultado sino que fue embalsamado y permanece en el museo que lleva su nombre, en Ambato. Fue un gran ensayista y novelista ecuatoriano. Con sus escritos dejó un legado que hasta hoy es reconocido, tanto así que cada 13 de abril se celebra el Día del Maestro Ecuatoriano en honor a su natalicio. La obra ensayística de Montalvo se destaca por su espíritu combativo ante la opresión tanto social, como política y religiosa.
Juan León Mera
(Ambato, 1832 – 1894)
Mera es reconocido por su aporte a la literatura nacional y al sentimiento cívico de la comunidad por ser el autor de los versos del Himno Nacional del Ecuador (1865). Junto a Juan Montalvo y Juan Benigno Vela formó la famosa trilogía de los Juanes de Ambato; pasó buena parte de su vida en la quinta de Atocha, al frente de donde ahora está sepultado. Desde joven demostró su apego a las faenas literarias, escribió poesía, prosa y desarrolló amplia labor de investigador de costumbres y dialectos. Cultivó la pintura y tuvo como maestro al célebre Antonio Salas. Sus restos reposan en un mausoleo pequeño ubicado en la parroquia Atocha, en Ambato.
Isabel de Godín
(Riobamba, 1728 – Cher, Francia 1792)
En Riobamba una unidad educativa y una calle llevan su nombre, siendo considerada una de las mujeres más influyentes del siglo XVIII en la región. En 1768 Isabel emprendió un largo y peligroso viaje a través de la selva amazónica del Ecuador y Perú, para reencontrarse, tras 20 años, con su esposo Juan Godin des Odonnais. En aquella época, la única forma de llegar a Francia era recorriendo a pie por la selva virgen, hasta llegar al Río Amazonas, para abordar allí un buque. 3 000 personas de Latinoamérica emprendieron el viaje y sólo sobrevivieron 42. En 1773 de Godín llegó a Saind Amand de Montrond, en Francia. Su historia de amor causó revuelo en la época, sus relatos inspiraron poesías románticas y cuentos. Sus restos están sepultados en la misma ciudad francesa en donde se encontró con su esposo.
Benjamín Carrión
(Loja, 1897 – Quito, 1979)
Benjamín Carrión. Foto: Archivo
Dos facetas resaltaron la vida de Carrión: la cultura y la política. Como funcionario público y diplomático visitó países europeos y representó al Ecuador ante la Unesco; desde dicho oficio divulgó la producción artística y cultural ecuatoriana en otras latitudes. A la par se hizo conocer por ensayos como ‘Los creadores de la Nueva América’ (1928) o ‘Mapa de América’ (1930), que se unían a la actitud panamericanista de aquel entonces. Fue el fundador de las resvistas El Sol, junto a Alfredo Pareja Diezcanseco y de Letras del Ecuador. Su legado en la difusión cultural también es notorio por los dos centros que llevan su nombre: Centro Cultural Benjamín Carrión (especializado en literatura y humanidades) y Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, fundada en 1944 por él. Sus restos reposan en el cementerio Parque de los Recuerdos.
Aurelio Espinosa Pólit
(Quito, 1894 – 1961)
Tras un periplo de tres décadas entre Bélgica, España e Inglaterra; Aurelio Espinosa Pólit regresó al Ecuador en 1928, a sus 34 años. Sus estudios en filosofía lo llevaron a ejercer la docencia en literatura, y bajo la influencia de su tío Manuel María Pólit estudió teología en Barcelona (España), para después especializarse en humanidades en la Universidad de Cambridge (Estados Unidos). Su larga trayectoria en las letras incluye ensayos, estudios de crítica literaria, poesía y traducciones. Fue el primer rector de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y da nombre a uno de los concursos literarios más prestigiosos del país, así como también a la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit, que guarda una de las más grandes reservas de literatura ecuatoriana. La lápida que da cuenta de su muerte, y la de sus familiares, se encuentra en la cripta de La Dolorosa, junto al Colegio San Gabriel.
Jacinto Jijón y Caamaño
(Quito, 1890 – 1950)
La trayectoria de Jacinto Jijón y Caamaño se destaca por su labor en la arqueología, la antropología y la historia. Asimismo, y debido a las herencias familiares, se desenvolvió como industrial, productor agrícola y político. Su gran colección de piezas patrimoniales, fruto de sus investigaciones, las donó a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, mientras que bienes inmuebles como el parque de La Circasiana, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y el Archivo Metropolitano de Historia de Quito, antes propiedades de Jijón y Caamaño, fueron vendidas por la familia Jijón al Municio de Quito. Un cementerio particular, propiedad de la familia Jijón, ubicado en las cercanías de la iglesia de El Tejar acoge al mausoleo con los restos de Jacinto Jijón y Caamaño.
Marietta de Veintimilla
(Guayaquil, 1855 – Quito, 1907)
Conocida popularmente como ‘la Generalita’, fue el apoyo político del presidente Ignacio de Veintimilla. Es recordada no solo por sus discursos sino, también, por haber cimentado las bases del feminismo en el Ecuador en el siglo pasado. Por muchos años colaboró con periódicos de Ecuador y Perú. Posiblemente se encuentre enterrada en la finca Tajanar, cerca de Pomasqui.
Luis Humberto Salgado
(Cayambe, 1903 – Quito, 1977)
Luis Humberto Salgado. Foto: Archivo
Compositor nacionalista, fue uno de los más destacados del siglo XX en la escena ecuatoriana. Fue creador de más de 150 obras, además de haber sido por dos ocasiones director del Conservatorio Nacional de Música. Entre sus composiciones relevantes se encuentra su Sanjuanito futurista. Se desconoce el paradero de sus restos.
Ernesto Albán
(Ambato, 1912 – Quito, 1984)
Ernesto Albán. Foto: Archivo
Fue uno de los principales actores del teatro cómico del siglo XX. Inició su carrera artística en la década de 1930, representando pequeños papeles en Quito. Alcanzó la fama cuando el teatrero ecuatoriano Alfonso García Muñoz creó la obra ‘Estampas de mi Ciudad’, en la que Albán personificó a Evaristo Corral y Chancleta. Sus restos se encuentran en el cementerio Parque de los Recuerdos, en Quito.
Eugenio Espejo
(Quito, 1747 – 1795)
Miembro del movimiento ilustrado quiteño del siglo XVIII, Espejo cultivó sus conocimientos en los ámbitos de las ciencias exactas, la medicina, el derecho, el periodismo, la literatura y la política. Fue el editor de ‘Primicias de la Cultura de Quito’, primer periódico del actual Ecuador. Asimismo, es recordado por haberse convertido en uno de los próceres de la Independencia de la nación. No existen sus restos. Solo se conoce que su nicho está en la capilla de San José, junto al convento de El Tejar, en Quito.