El yoga dance es el disfrute del cuerpo

Solanja Altamirano, Débora Simón y Breilh alinean sus movimientos partiendo de la asana de saludo al sol. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Solanja Altamirano, Débora Simón y Breilh alinean sus movimientos partiendo de la asana de saludo al sol. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Natalia Breilh enseña el movimiento de una torsión partiendo de la asana llamada postura del perro. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

En el escenario de un salón de teatro, las luces tenues y una música de meditación, como fondo, reúnen a las ‘yoga dancers’ o estudiantes del yoga dance.

El calentamiento se inicia sin ninguna alteración, los movimientos para relajar la cabeza y los hombros son realizados con normalidad. De pronto hacen un saludo al sol (una asana de yoga). Lo que sigue no son posturas de meditación, sino el fluir de los cuerpos, todos sincronizados por el ritmo y la energía de la música.

El yoga dance vincula dos ámbitos en un mismo espacio. Natalia Breilh, maestra de esta danza, encontró en ella la forma de ejercer lo que había aprendido a lo largo de su vida. Como bailarina profesional de danza y practicante de yoga, Breilh vio en la fusión de estas dos expresiones corporales algo natural.

Solanja Altamirano, Débora Simón y Breilh alinean sus movimientos partiendo de la asana de saludo al sol. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

La idea del yoga dance –dice Breilh- es encontrar movimientos orgánicos para que las asanas, que son posiciones estáticas -que se alcanzan a través del yoga-, puedan convertirse en una danza completa.

Para ello, se puede utilizar una variedad de géneros musicales, dependerá más del acercamiento del profesor hacia el yoga.

Theresa Elliot, directora de Taj Yoga en Seattle, EE.UU., en entrevista vía correo electrónico con EL COMERCIO, explica que se aplica tanto la música clásica como el rock alternativo, “no se usa la música como telón de fondo, es un elemento adicional que requiere el mismo nivel de atención, curiosidad y presencia casi como una asana por sí misma”.

Breilh se acerca más a la música a través de la danza contemporánea, crea una frase (coreografía corta) diariamente, “elijo primero las asanas y a partir de esto escojo los movimientos de baile que mejor se acoplen”.

Si bien no es necesario tener conocimiento previo en ninguna de las dos especializaciones para iniciarse en esta práctica, la respiración del yoga será básica para el progreso dentro del baile. Trabajamos la conciencia de la respiración, cuenta Breilh, así se puede ir controlando los puntos de inhalación y exhalación en cada paso.

Coreografía que une el yoga y la danza contemporánea balanceando el peso para llegar a un giro en relave. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Solanja Altamirano practica yoga todas las mañanas y desde hace cinco meses ingresó en las clases de yoga dance porque le pareció interesante agregarle movimiento a sus posturas. La respiración que ha aprendido a manejar con esta práctica le otorga flexibilidad a su cuerpo, añadiendo que el componente coreográfico dentro de la danza le ha dejado trabajar aspectos como la memoria.

A sus 52 años, Altamirano comparte este espacio con Anahí Guerrero, de 19; adaptar la misma coreografía para ambas ha sido sencillo, porque la libertad creativa con la que se desenvuelve el yoga dance permite armar frases que sean amables con el cuerpo.

Para Breilh, los movimientos tienen esta conciencia de evitar dañar al organismo, lo principal es no hacer una separación mente-cuerpo, sino de conjugarlo todo.

Guerrero considera al yoga dance como una práctica abierta, tanto en género y edad como en gustos, “es un tipo de expresión corporal donde llegas a conocer a tu cuerpo de manera muy diferente. No es como ir a un gimnasio. Sientes áreas de tu cuerpo que en otros bailes no, y trabajas en conjunto todo el cuerpo no solo un área específica“.

El yoga dance permite la tonificación de músculos y tomar conciencia del cuerpo a través de la respiración. La apertura del yoga a otras expresiones corporales abre infinitas posibilidades para unir lo sensorial con lo físico.

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