Banco Pichincha tenía hasta septiembre 2 268 075 clientes. Diners Club del Ecuador, por su parte, surgió en 1968. Suma 427 000 clientes. Foto: Jenny Navarro / EL COMERCIO.
El Código Monetario plantea una encrucijada para los dueños de Banco Pichincha y de Diners Club del Ecuador, las mayores entidades financieras del país (cada una en su segmento) según el monto de sus activos.
La norma, en vigencia desde el 12 de septiembre pasado, obligará en el corto plazo a fusionar a ambas entidades o vender una de las dos operaciones, explica Esteban Egas, vicepresidente del Directorio de Banco Pichincha.
La disyuntiva se debe a que el Código Monetario ya no contempla a las sociedades financieras -como Diners- que deberán convertirse en bancos si quieren operar. Esto pretende, según asambleístas oficialistas, una mayor solvencia patrimonial del sistema.
Pero para Diners Club pasar a la banca privada supondrá transformar a sus accionistas en propietarios de dos entidades del sistema financiero privado, lo cual está prohibido por el Código Monetario.
Ramiro Aguilar, asambleísta del Movimiento Concertación, considera que la idea del oficialismo era, con ello, transparentar los datos, pues se temía que al tener dos bancos los accionistas realicen capitalizaciones ficticias entre uno y otro.
Diners Club surgió en el Ecuador en 1968 y se enfoca en el nicho de crédito de consumo, mediante la colocación de tarjetas de crédito emitidas bajo la franquicia The Diners Club Internacional.
La franquicia nació en EE.UU. en los años 40, cuando un importante hombre de negocios, Frank McNamara, no pudo pagar la factura de la cena porque había olvidado su billetera. Aunque su acompañante pagó, decidió que jamás viviría una situación tan incómoda y junto a otros socios creó lo que hoy es Diners.
En Ecuador, como en otros países, su uso empezó entre restaurantes, lo que explica su nombre “club de los comensales” (por su traducción al español); luego se amplió a más segmentos de consumo.
En el nuevo marco legal se vislumbran dos caminos para Diners. Uno es la fusión con Banco Pichincha, aunque eso significaría una pérdida de valor para Diners Club, explica el Vicepresidente del Directorio de Banco Pichincha.
“Mañana va a decir la ‘Súper’ de Control de Poder de Mercado que Diners pasa al banco (Pichincha), pero que no puede llegar a unos niveles determinados de cartera, con la consecuente pérdida de valor de esa entidad”, comentó.
David Sperber, especialista en libre competencia, explica que la ‘Súper’ de Control del Poder de Mercado podría observar esta operación porque la Ley Orgánica de Regulación y Control del Poder de Mercado busca que no haya un aumento injustificado o abusivo de la participación de las empresas en cada mercado relevante.
“La Superintendencia podría decir que al ser el Pichincha el banco más grande el país y Diners la número uno en tarjetahabientes podría imponer ciertas condiciones abusivas a los clientes o que afecten a los competidores. La autoridad podría condicionar la fusión o a su vez negar la fusión”, dijo.
La opción de venta
La otra opción es verse obligados a vender Diners Club o Banco Pichincha, dijo Egas. “Nosotros no hablamos de la venta de Diners, hablamos de la venta de uno de los dos. El Gobierno debería generar estímulos para que más actores vengan al mercado financiero, pero lo que están haciendo es desestimular la actividad. Nadie quiere venir a invertir en el Ecuador en banca”.
La posibilidad de venta se analiza en un mercado que resulta poco atractivo para inversionistas, salvo excepciones.
La centroamericana Promerica Financial Corp. compró la mayoría de acciones de Produbanco, en una operación que arrancó a finales del 2013 y que concluyó en octubre pasado.
“La perspectiva de un inversionista extranjero sí puede cambiar ante más o menos regulaciones, pero la decisión (de compra del Produbanco) ya estaba tomada en octubre o noviembre pasados, indistintamente de la versión final del Código”, dice Ricardo Cuesta, presidente de Produbanco.
Añade que el riesgo del país “satisface” a esos inversionistas, que también miraron factores como que la clase media y el sector financiero han crecido.
Según datos de la Bolsa de Valores de Quito, el valor de la acción de seis bancos que negocian en el mercado bursátil cayó de USD 1,45 al cierre del 2010 a USD 0,91 a octubre pasado, en promedio. El valor nominal de la acción es de USD 1.
“Hay muchos banqueros que quieren dejar de serlo y casi no hay nadie que quiera convertirse en banquero, salvo excepciones”, asegura Egas.
Más actores
En el país existen nueve sociedades financieras registradas en la Superintendencia de Bancos, las cuales en un plazo de 18 meses (prorrogables por 18 meses más) deberán convertirse en bancos. El monto requerido para ello es de USD 11 millones. De ellas, solo Diners y Unifinsa superan ese monto. El resto debe buscar capital.
El ministro de la Política Económica, Patricio Rivera, señaló en su momento que ese valor fue establecido tras análisis técnicos porque buscan que esta categoría de banca se direccione al área productiva y no al crédito de consumo, que no es lo que más se necesita ahora.
Egas señala que se debe tener en cuenta que el crédito de consumo es el último eslabón de la cadena productiva. “Las personas terminan consumiendo lo que se produce, por ejemplo, una empresa que produce autos, que genera empleo, que aporta a proveedores, etc., a la larga la venta de esos autos es consumo. Claro que hay niveles de consumo que deben controlarse y eso lo hacemos nosotros como banqueros, ese es nuestro trabajo”.
Santiago Ribadeneira, presidente del Consejo Consultivo de Proinco, explica que está en marcha el proceso de capitalización para convertir a esta sociedad en banco y requiere USD 6 millones para ello.
Esto se hará en dos fases. Una de venta directa a un inversionista externo. “Lo tenemos identificado y estamos en proceso de llevar a cabo la transacción”, dijo. Y otra fase donde se buscará capital en la bolsa.
En todo caso, todo apunta a que el mercado financiero privado, que hoy ya dispone de 25 bancos tendrá más actores.