En el terminal terrestre de Guayaquil viajeros y turistas aprovechan el feriado para salir de la ciudad. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO.
La afluencia de turistas en la Terminal Terrestre de Guayaquil comenzó a incrementarse la noche de ayer, jueves 9 de octubre del 2014.
Desde la tarde de ayer, hasta las 10:30 de hoy, durante el primer día del feriado nacional por la Independencia de Guayaquil, alrededor de 90 000 personas acudieron a la terminal con la finalidad de viaja para hacer turismo o visitar a algún familiar.
En la Terminal los controles de seguridad se han reforzado y se extenderán hasta el domingo 12, cuando termine el feriado.
“Un fin de semana normal se reciben a unos 65 000 viajeros, pero ahora han sido unas 90 000, por eso estamos incluso con un 35% más de personal de seguridad privada”, aseveró William Cedeño, supervisor general de la Terminal.
Además del personal de seguridad privada, en el edificio trabajarán durante todo el feriado unos 40 policías y diez empleados de la Agencia Nacional de Tránsito, para controlar que el precio de los pasajes para realizar controles de alcoholemia a los choferes de todas cooperativas.
Ana Paola Hurtado, una de lasAgencia Nacional de Tránsitode ANT, detalló que durante el primer día no se registraron problemas por sobre precios. “Si a algún usuario le quieren cobrar más, se acerca acá, llena una ficha con la Agencia Nacional de Tránsito y se procede a solucionar el problema en la Agencia Nacional de Tránsito”, indicó.
Aunque los precios de los pasajes no causaron molestia, la espera por conseguir boletos sí disgustó a algunos pasajeros. Los destinos en los que más demanda se registró durante el primer día fueron las ciudades de Manabí como Portoviejo, Jipijapa y Manta; y las playas como General Villamil y Santa Elena.
Lilian Castro, por ejemplo, esperaba conseguir un boleto para viajar a Jipijapa. Llevaba casi una hora en la fila y todavía no conseguía comprar el pasaje. “Parece que no hay suficientes unidades para la cantidad de gente”, se quejó.
Cedeño explicó que por la afluencia de gente, las cooperativas no trabajarán con sus turnos normales, “sino que cuando se llene una unidad, se va y tiene que venir otra”.
En la cooperativa Libertad Peninsular se habían vendido unos 1 000 boletos para Santa Elena, desde las 03:00 hasta las 10:30; mientras que en la cooperativa Rutas Portovejenses se habían vendido unos 1 800. A pesar de que los buses estaban saliendo cada 20 o 25 minutos, según el personal de boletería, la fila se extendía de la ventanilla hasta los pasillos.