En sectores como San Blas confluyen varios servicios del sistema integrado con el servicio “tradicional”. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Mayra Pacheco. Redactora mpacheco@elcomercio.com (I)
La construcción de un nuevo sistema de transporte masivo, en Quito, aún está por definirse. El elevado costo del Metro hace que en el Municipio se barajen otras alternativas.
Las propuestas presentadas para la construcción del túnel y paradas del Metro superan los USD 505 millones, del precio referencial 1 500 millones. A fines de mes se tendrá el informe final para enviar a los organismos multilaterales que financiarán la obra. Luego se escogerá a la oferta más económica que cumpla con los requisitos.
Para atender la alta demanda de transporte público masivo se proponen tres alternativas.
Aparte del Metro, los técnicos de la Empresa Metro de Quito han analizado las ventajas que ofrecería el Tren Ligero y la ampliación del Trolebús.
Mauricio Anderson, gerente de la Empresa Metro de Quito, explicó que el Metro es viable técnicamente, porque tendría mayor capacidad para cubrir la demanda y causaría menos impactos en la urbe.
Este sistema operaría en un túnel subterráneo. Esto implicaría menor impacto en el tránsito superficial. El medio de transporte se acercaría a la demanda, sin hacer reformas viales ni expropiaciones.
En la ciudad se producen 4,2 millones de viajes en un día en promedio; de estos, 2,2 millones se realizan en el hipercentro de la urbe (entre la Villa Flora y La Y). Los flujos mayores provienen del sur y norte.
El metro, que operaría en el 2018, transportaría a 400 000 pasajeros a diario. El recorrido entre Quitumbe y El Labrador demoraría 34 minutos.
Este proyecto es de largo aliento. Para su ejecución se requerirían de 42 meses y alrededor de USD 1 500 millones. Este es un gran obstáculo, pues las ofertas presentadas para la construcción del túnel y de las paradas superaran el precio inicial. Aún no esta definido cómo el Municipio financiaría el proyecto y si el Gobierno Central comprometerá más recursos.
Los otros proyectos contemplados para mejorar el transporte son menos ambiciosos en el aspecto económico. El Tren Ligero, propuesto en la alcaldía de Paco Moncayo, ascendía a USD 520 millones.
La infraestructura del Trole sería reutilizada para este nuevo sistema. Pero tendría una variación en Centro Histórico. “Era un proyecto factible financieramente. En ese entonces un Metro costaba USD 2 500 millones”, precisó Moncayo.
Para Antonio Ricaurte, concejal (SUMA-Vive), este medio de transporte es el más viable. “Actualmente no superaría los USD 800 millones”.
El exalcalde, por su parte, consideró que esta alternativa era una solución al tránsito en el 2007. En ese entonces el parque automotor era de 274 801 unidades. Actualmente, esta cifra asciende a 460 000.
Por eso considera que antes de implementar un proyecto masivo de transporte se debe pensar en un sistema integrado que incluya a los valles.
Desde Los Chillos, Tumbaco- Cumbayá, Nayón-Zámbiza, Calderón-Carapungo, Pomasqui-Mitad del Mundo hacia el hipercentro de Quito se producen 410 449 viajes diariamente.
Otra de las propuestas es la prolongación del Trole hacia Calderón. La actual administración está realizando los estudios de este proyecto.
En una tesis de la Universidad Católica del Ecuador (PUCE) se planteó que este proyecto atendería a 180 000 pasajeros más. Se usarían troles de mayor capacidad y su ejecución tomaría menor tiempo.
Mario Villagómez, docente en Transporte, señaló que antes de emprender un proyecto se deben repotenciar los medios existentes. Con la ampliación del Trole se podría movilizar a 430 000 usuarios en todo este sistema, de sur a norte.