Nicolás Maduro tiene 20 puntos de popularidad, según una encuesta realizada en Venezuela. Foto referencial: AFP
Los escasos 20 puntos de popularidad del presidente Nicolás Maduro, una pendiente sin fin desde los niveles de los que se vanagloriaba Hugo Chávez, y en un año donde se celebrarán cruciales elecciones legislativas, quizás expliquen mejor que 20 supuestos planes golpistas los arrebatos contra la oposición venezolana.
En la misma semana en que se cumplió un año de prisión del líder opositor Leopoldo López, arrestaron al alcalde Antonio Ledezma, otro referente. Y tienen siempre en la mira a María Corina Machado, despojada de su cargo de diputada a principios de 2014 en un desafuero expeditivo y sin fundamentos.
Pero ¿hasta dónde llegará la larga mano de la justicia chavista? ¿Cuántos opositores se las verán con denuncias, persecuciones y arrestos? Según el gobierno, hasta que cesen de conspirar con asistencia norteamericana para hacerse ilegítimamente con el poder del pueblo venezolano. Según la oposición, hasta que no quede nadie capaz de desafiarlo en la calle o en las urnas.
“Lo único que le queda al gobierno es la persecución, la represión y el encarcelamiento para preservar el poder, eso es lo que está haciendo Maduro y su pandilla, correr hacia adelante con miedo, reprimir, perseguir, encarcelar para quedarse en su silla“, dijo ayer en rueda de prensa David Smolanski, alcalde del municipio caraqueño de El Hatillo por el partido Voluntad Popular, la agrupación de Leopoldo López.
Para Luis Vicente León, director de Datanálisis, el chavismo está “tocando actores” o figuras simbólicas entre sus adversarios para enviar el mensaje de que va a frenar o destruir a quien se atreva a poner en riesgo la estabilidad del gobierno. Y esto desde luego incluye a quienes se atrevan a pedir su renuncia.
“No importa si estas personas a las que atacan están o no involucradas en procesos de acción más radical, eso no es relevante, lo que cuenta es la simbología. Probablemente el gobierno toque algunos símbolos más para mostrar su fuerza. Uno solo no es potente, pero tampoco es que va a avanzar sin límites”, dijo León en declaraciones a Diario La Nación de Argentina.
Podría haber entonces más arrestos. Lo que también podría haber, o debería haber si se cumple el calendario, son elecciones legislativas a fin de año. A este paso no se sabe cuántos líderes opositores estarán en condiciones de presentarse, ni como candidatos ni como ciudadanos: confinados detrás de los barrotes de Ramo Verde, por mencionar la cárcel donde está encerrado López, algunos ni siquiera podrán ir a votar.
“Por cada dirigente que se lleven preso van a surgir 30 dirigentes listos para asumir el rol necesario”, dijo el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba.
Para el gobierno es esencial levantar la puntería en las encuestas o contra los opositores, dos elementos que el chavismo ve relacionados. La clave es no perder la hegemonía que ejerce desde 1999. Como la justicia está según todos los estándares colonizada por el chavismo, por una vez, si la oposición se embandera detrás de un discurso común habrá un verdadero contrapeso al Ejecutivo.
“Tampoco es verdad que todos los buenos están de un lado y todos los malos del otro. El gobierno comete un error tratando de mezclar a toda la oposición como si fueran iguales. Al atacar a todos, los que están desunidos y sin confianza van a terminar unificándose”, sostuvo León.