Entrenamiento del Deportivo Quito, el 16 de octubre de 2014. Foto: EL COMERCIO
Durante una hora y media, Santiago Ribadeneira, presidente de Deportivo Quito, buscó persuadir a los miembros de la Comisión de Deportes del Municipio de Quito, para que aprueben, den vía libre al proyecto de un complejo deportivo en Carcelén, que incluya locales comerciales e incluso departamentos, en el mismo sector en el que ahora solamente entrena el equipo azulgrana.
La realización de este complejo deportivo-comercial es visto por Ribadeneira y su grupo de trabajo como el as, como la estrategia fundamental para reflotar a la institución que presenta un pasivo de USD 20 millones. Sin embargo, su presentación no tuvo el éxito deseado. Los concejales, liderados por Antonio Ricaurte, consideraron que el plan presentado esta mañana no explica los cómos ni los qués del proyecto. Simplemente fue una presentación de forma. Así lo hizo ver el edil Sergio Garnica, titular de la Comisión de Uso de Suelo del Cabildo, uno de los entes que tiene que analizar la factibilidad del proyecto.
Deportivo Quito hace uso de dos hectáreas en el sector de Carcelén desde hace 40 años. Los terrenos fueron donados por el Municipio, con la condición de que en el lugar siempre se practique deporte o actividades relacionadas con el equipo de fútbol. Por ello, los representantes del Municipio pidieron que se presente una propuesta formal sobre en qué consiste el plan para analizarlo y, si cumple con los lineamientos, dar luz verde.
A la reunión, que se realizó desde las 12:00, en el Salón Principal del Cabildo no asistieron los representantes de la Agremiación de Futbolistas de Ecuador (AFE), quienes fueron invitados por Deportivo Quito, tampoco concurrieron representantes de AFNA. “Nos habría gustado que vengan para que vean que estamos trabajando en este proyecto para buscar una solución al pago de deudas con este proyecto”, dijo el dirigente Ribadeneira.
Ahora, los abogados del equipo enfrentan una carrera contrarreloj para tratar de elaborar el proyecto y presentarlo –por las vías regulares- a las autoridades del Municipio. La Procuraduría del Cabildo examinará el proyecto y dará su criterio jurídico sobre la factibilidad del plan de Ribadeneira y su equipo de trabajo.