La idea generalizada del fin de la era de las vacas gordas sigue su marcha, anclada en la observación de los mercados internacionales de petróleo, cuyo precio experimenta una caÃda sostenida.
Hacia el fin de semana, el crudo marcador para el crudo ecuatoriano, el West Texas Intermediate (WTI) llegó a USD 74,21 por barril. A ese precio habrÃa que restarle al menos siete puntos de castigo por calidad, y en consecuencia su precio ya estarÃa por debajo del rango calculado en el Presupuesto General para 2015 que envió el Ejecutivo a la Asamblea.
Aunque algunas percepciones sostienen que este escenario podrÃa generar entusiasmo en sectores polÃticos de la oposición, la neta verdad es que una caÃda perjudica a todos. Al Gobierno, por supuesto. Del petróleo depende buena parte de la economÃa, no solo como motor de ella y generador de recursos sino como fuente para pagar los onerosos empréstitos adquiridos con la China.
A la oposición, que aspira a gobernar un paÃs estable y no uno que esté en crisis. A los empresarios, que esperan una atmósfera para a invertir y generar empleo y, claro, a los trabajadores y emprendedores, que pueden ver afectadas sus fuentes de ingreso.
Esto no gusta a nadie, pero la sabidurÃa del manejo prudente debiera estar en contraste con los años de crecimiento del Presupuesto y el gasto público, sin que se hayan generado las salvaguardas para eventuales crisis. El panorama no alegra, preocupa a todos y merece ser afrontado con seriedad.