De tiempo en tiempo, nuestras relaciones románticas pueden ser difíciles de entender. Foto: Pixaby
Parte de esta confusión proviene del hecho de que nuestras relaciones se ven influenciadas emocionalmente por tres sistemas poderosos pero por separado.
“A menudo, estos tres sistemas emocionales trabajan juntos para crear resultados satisfactorios. Sin embargo, no siempre es este el caso. A veces estos tres sistemas compiten entre ellos, llevando a una mezcla de sentimientos y confusión”; señala la doctora Laura Berman, educadora y terapeuta sexual y pasa a describir cada uno de estos sistemas:
Deseo sexual
Es el primer sistema emocional. Este involucra el placer, los sentimientos sexuales apasionados que las parejas desarrollan. El deseo sexual es muy intenso y poderoso, a tal punto que puede oscurecer cualquier juicio y llevar a la toma de riesgos.
El deseo sexual a menudo se basa en la apariencia física, la novelería y la química entre dos personas. Y, si bien este deseo motiva una serie de comportamientos tempranos dentro de la relación, los niveles intensos del mismo son difíciles de mantener con la misma persona a lo largo del tiempo.
Amor
El segundo sistema emocional abarca al amor. Y, el amor por sí mismo está compuesto por una serie de sentimientos complejos. A menudo el amor abarca los deseos de cercanía, de aprecio genuino y también la preocupación.
Pero la experiencia amatoria no es igual para todos. Para algunas personas, el amor es un delirio y una necesidad o está basado en un juego emocional o en experiencias como el deseo de cuidar de la otra persona.
Apego
Este es el último sistema emocional. El apego es sentir seguridad y comodidad gracias a la cercanía con el ser amado. El apego proporciona un sentido de estabilidad, certeza y seguridad –sentir que alguien estará siempre allí para nosotros cuando le necesitemos. Y, al igual que con el amor, existen diferencias individuales en la experiencia del apego.
“Estos tres sistemas emocionales pueden trabajar juntos para producir una relación sana y satisfactoria. El deseo sexual puede convertirse en amor, dando como resultado un apego duradero. Sin embargo, estos sistemas emocionales básicos no necesariamente trabajan en sincronía a lo largo del tiempo. Con el paso de los años pude ser difícil encontrar una persona que consistentemente pueda satisfacer las tres necesidades. En muchos casos, estos tres sistemas emocionales se oponen entre ellos, creando deseos e intereses competitivos. Por ejemplo, es posible sentir apego por una pareja romántica, amar a otra persona y tener un deseo sexual por alguien más”, señala la doctora Berman.
Conocer estas emociones competitivas y saber que no todas las experiencias amorosas y apegos son iguales, ayuda a entender los problemas que provienen de las relaciones románticas. Además, comprender los sistemas emocionales básicos lleva a un mejor entendimiento de los tipos de relaciones que la gente tiene.