Lorena Peña atiende en las oficinas del Fondo de Jubilación de Petroproducción. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Existen 10 fondos previsionales de varias instituciones que no pasarán a manos del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), en caso de que se apruebe el proyecto de Ley Reformatoria a la Ley de Seguridad Social y a la Ley del Biess.
Este proyecto de ley se retomará en la Asamblea en estos días, pero tendría ajustes, luego de la reunión entre representantes de varios fondos y el Presidente de la República.
Con el proyecto de ley del Ejecutivo se busca que 54 de los 64 fondos previsionales cerrados pasen a manos del Biess.
Los 10 fondos restantes están en tres grupos, pero todos tienen en común que no reciben aportes del Estado, o están en trámite para su devolución.
Un primer grupo corresponde a fondos que administraban recursos para la jubilación patronal, pero debido a la resolución 504 de la Superintendencia de Bancos deben devolver sus aportes a los patronos.
Esta medida fue emitida el año pasado y se basa en los artículos 216 y 219 del Código de Trabajo, que disponen que solo el patrono debe pagar las pensiones jubilares.
Al dejar de manejar esos aportes públicos, esos fondos se convierten en privados, asegura Gabriela Viteri, representante del fondo de jubilación patronal de Petrocomercial.
Viteri explica que los fondos jubilares de Petroecuador operaban bajo esa modalidad. Por ello, cuatro fondos de las filiales de la estatal petrolera están en la misma situación. “El papel que tenía que cumplir Petroecuador lo tomamos nosotros. Pagábamos la pensión jubilar a nombre de ellos. Ahora tienen que pagarles por medio del Ministerio de Relaciones Laborales”, dice.
Actualmente, esos fondos se encuentran en un proceso de devolución bajo el control de la Superintendencia de Bancos. “Estamos haciendo un cruce de cuentas con Petroecuador para devolver el dinero y únicamente nos quedaremos con aportes privados”, sostiene Viteri.
En días pasados, los titulares de los 54 fondos que podrían pasar al Biess, según el proyecto del Gobierno, planteaban una salida similar: devolver los aportes del Estado para convertirse en autónomos.
Fondos sin aporte estatal
Un segundo grupo de fondos que no tocará el Gobierno pertenece a entidades públicas que iniciaron solo con aportes privados desde su fundación.
Por ejemplo, el Fondo de la Asociación de Empleados y Funcionarios del Servicio Exterior Ecuatoriano (Afese). Su representante, el embajador Eduardo Molina, cuenta que este nació con el decreto del Gral. Guillermo Rodríguez Lara, hace unos 35 o 36 años.
El fondo nació porque “las pensiones del Instituto de Seguridad Social (IESS) eran bajas”. “Desde su fundación, este fondo decidió no recibir aportes patronales, que sea estrictamente privado; hasta ha sido ejemplo de cancillerías de otros países”, dice Molina.
Este cuenta con beneficios para sus aportantes como pensión por jubilación, por invalidez, pensión para viudas o viudos y atención médica
Fondos de firmas privadas
En el tercer grupo están los fondos constituidos con aportes patronales de entidades del sector privado. Por ejemplo, los dos fondos de la empresa Franz Viegener Ecuador.
Arturo Tipanluisa, responsable financiero de los dos fondos en esta firma cuenta que, en principio, se creó un fondo en 1998, a través de una contratación colectiva. Pero entre el 2002 y 2003 se dividió en dos: uno corresponde a empleados administrativos y el otro a los operarios. Ahora cada uno se maneja de manera independiente y ambos constan como fondos autónomos en la Superintendencia de Bancos.
La prestación principal que ofrece a sus afiliados es la entrega de créditos que oscilan entre USD 10 000 y 15 000. “El año pasado entregamos 300 créditos”, dice Tipanluisa.