Wilson Araque, vicerrector y docente del Área de Gestión de la U. Andina Simón Bolívar, Tatiana Macías, docente y coordinadora de Introducción a la Economía en la U. San Francisco de Quito (USFQ) y María Luisa Granda, decana de la Escuela de Negocios de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), analizan los desafíos estructurales del mercado laboral en Ecuador. Los expertos examinan la rigidez normativa, la exclusión de grupos vulnerables, el impacto de la inseguridad, entre otros problemas. Proponen reformas y soluciones para promover el empleo formal y mejorar la competitividad del país, en los próximos cuatro años, que asumirá el nuevo gobierno.
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De izq. a der.: Tatiana Macías, Wilson Araque y María Luisa Granda, expertos en economía.Rigidez del marco regulatorio laboral dificulta la contratación
Tatiana Macías señala que la rigidez del marco laboral en Ecuador impide la contratación y los despidos flexibles. Como resultado, esto afecta la competitividad, especialmente de pequeñas y medianas empresas (PYMEs). De acuerdo con el Índice de Libertad Económica 2024, Ecuador ocupa la posición 115 de 176 economías. Este dato refleja una rigidez significativa, caracterizada por despidos y restricciones en las contrataciones temporales.
Este problema también se ve reflejado en el Índice de Competitividad Mundial 2024 y en el Reporte de Riesgos Globales 2025 del Foro Económico Mundial. En particular, el quinto mayor riesgo para Ecuador es la falta de oportunidades laborales, la cual está estrechamente ligada a la crisis económica, la pobreza, la economía delictiva y los cortes energéticos.
María Luisa Granda agrega que solo tres de cada diez personas de la Población Económicamente Activa (PEA) cuenta con empleos adecuados (perciben al menos el salario mínimo y beneficios de ley).
“El Estado impone muchas regulaciones y trabas a la creación de empresas, y no permite que el sector privado pueda avanzar y generar empleos adecuados para los ecuatorianos”.
Por la rigidez legal, muchas empresas-puntualiza Macías- recurren a tener “eternos pasantes” y personas que van a trabajar en periodos de prueba constantes y permanentes. Ellos no tienen beneficios, agrega. Esto va ligado a la informalidad laboral, que disminuye la calidad del empleo. Esta informalidad-explica Granda- implica la ausencia de contratos formales, derechos laborales y protección social. Expone a los trabajadores a condiciones laborales precarias y vulnerabilidad económica.
Los altos costos de despido y la normativa que protege más al trabajador dificultan que los empleadores puedan desvincular a un empleado que no cumple con el puesto. Esto genera incertidumbre y las empresas dudan al contratar. Otro problema es la falta de flexibilidad en los contratos temporales. Esto impide que las empresas se adapten rápidamente a cambios en la demanda del mercado, dificultando la contratación por horas en momentos de mayor actividad.
Soluciones propuestas
- Reformas laborales equilibradas que ajusten los costos y procesos de contratación y despido, e implementación de un seguro de desempleo.
- Permitir contratos por horas o por proyectos, para adaptarse mejor a las necesidades del mercado.
- Ofrecer incentivos fiscales a las PYMEs y emprendedores.
- Inversión en infraestructura y acceso digital, para impulsar el desarrollo de sectores emergentes y la creación de empleo.
- Modernización del marco legal, crear un entorno regulatorio más competitivo que fomente la formalidad laboral.
- Dar incentivos, apoyo y formación para los trabajadores informales.
Estancamiento y exclusión de grupos desfavorecidos y relegados
Macías y Granda coinciden en que estos sectores enfrentan dificultades para acceder a un empleo formal y de calidad. Esto lleva a perpetuar desigualdades en el corto y largo plazo.
Los jóvenes afrontan obstáculos específicos, como la falta de experiencia laboral, habilidades limitadas y una desconexión entre lo que ofrece el sistema educativo y las demandas del mercado. Un cuarto de la población de jóvenes, entre 18 y 24 años puede acceder a la educación superior. Esto les ayuda a obtener un empleo, pero no es la única vía para poder hacerlo y esto pasa en toda la región.
Con respecto a las mujeres, apenas el 28% tiene empleo adecuado frente al 41% de los hombres. Esto es peor en los sectores rurales. Hay discriminación laboral, brechas salariales, falta de políticas que ayuden a equilibrar las responsabilidades del hogar. Esto ocurre en los sectores más vulnerables.
En las personas mayores de 65 años. La capacidad física no es la misma pero tienen una gran experiencia y fueron parte de un momento económico interesante y por lo cual vamos a poder sacar provecho y ventaja. Debe ser parte de la sociedad actual.
Soluciones propuestas:
- Programas de educación técnica para desarrollar habilidades, junto con la promoción de pasantías mejor remuneradas y más valoradas, canalizando incentivos para las empresas que ofrecen estas oportunidades.
- Fomentar alianzas público-privadas para apoyar el desarrollo de este sector poblacional.
- Implementar licencias y horarios laborales flexibles que permitan equilibrar las responsabilidades entre hombres y mujeres.
- Desarrollar programas de capacitación e incentivos para que las empresas contraten a adultos mayores en modalidades de trabajo flexible, remoto, por horas o por proyectos.
El impacto de la inseguridad en el mercado laboral
El aumento de los actos de violencia ha generado un clima de miedo, apunta Macías. Extorsiones y “vacunas” afectan negativamente a negocios de todos los tamaños: medianos, grandes y pequeños.
Operar en estas condiciones es complicado. La empresa privada, el gobierno y la academia deben trabajar de manera activa y coordinada, creando una sinergia natural. Solo así se logrará un entorno propicio para el empleo, más allá de solo pensar en crear puestos de trabajo.
Las empresas se ven obligadas a recurrir a seguridad privada, lo que implica costos adicionales, especialmente difíciles de asumir para las empresas medianas y pequeñas. Tanto compradores como vendedores han tenido que replantearse sus actividades cotidianas. Un plan de seguridad diurno, de lunes a viernes, puede costar alrededor de mil dólares, una suma considerable para una pequeña empresa.
Además, existe un impacto psicosocial significativo: la constante exposición de los trabajadores a entornos inseguros provoca estrés, ansiedad y problemas de salud mental. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este problema afecta un 0,6% del PIB del Ecuador, lo que equivale a pérdidas diarias de un millón y medio de dólares.
Soluciones propuestas:
- Hay que fortalecer la seguridad pública.
- Apoyo psicosocial para que los empleados puedan manejar el estrés causado por la inseguridad.
- La empresa privada, el gobierno y la academia deben trabajar de manera activa y coordinada, creando una sinergia natural. Solo así se logrará un entorno propicio para el empleo, más allá de solo pensar en crear puestos de trabajo.
Burocracia y trámites ineficientes
Araque menciona que uno de los principales problemas es la tramitología excesiva, que incluye procesos largos y plataformas mal diseñadas tanto en el sector público como en el privado. Explica que, debido a la pandemia, muchas instituciones se apresuraron a digitalizar procesos antiguos sin mejorarlos, lo que genera trámites ineficaces. Esto afecta la inversión y la competitividad, restando productividad al país. La falta de agilidad en los trámites desalienta a los inversionistas y fomenta la corrupción.
Soluciones propuestas:
- Araque lidera un proyecto de análisis exhaustivo de la digitalización de las instituciones públicas y privadas, para evaluar si los procesos digitalizados han sido mejorados. Las instituciones con digitalización incorrecta deben ser reencauzadas para que los trámites sean rápidos, amigables y eficientes, evitando redundancias y errores que afectan la productividad.
- Reducir la burocracia. Simplificar los procesos para registrar y operar un negocio puede incentivar a los trabajadores y emprendedores a formalizar sus actividades económicas.
Existe una brecha entre las habilidades que imparten las universidades e institutos tecnológicos y las demandas del sector productivo, aseguran Araque y Granda. Este divorcio dificulta la empleabilidad de los graduados, quienes no cuentan con los perfiles adecuados para las necesidades empresariales, especialmente, en sectores emergentes y tecnológicos, señala Granda.
Araque subraya la falta de diálogo entre academia y empresa y critica los programas de pasantías mal diseñados que no aprovechan el talento de los estudiantes. Granda añade que hay opciones de empleabilidad rápida, que no son aprovechadas por desconocimiento, por la falta de interés o por la brecha de capacidades existentes, que se deben cerrar desde niveles básicos de educación y no necesariamente en la universidad.
Soluciones propuestas:
- Las instituciones educativas deben establecer un diálogo constante con el sector productivo para adecuar las mallas curriculares a las necesidades reales de las empresas.
- Diseñar pasantías que permitan a los estudiantes desarrollar su potencial y conectarse con oportunidades laborales reales.
- Fomentar habilidades como creatividad, innovación y sostenibilidad, esenciales en el entorno laboral actual.
- Implementar programas de formación y actualización de habilidades en colaboración con instituciones educativas y el sector privado asegura que la fuerza laboral esté preparada para las demandas de los nuevos sectores.
- La mejora continua de las capacidades laborales es esencial para una fuerza de trabajo resiliente y adaptable. Los programas de bootcamps son una excelente alternativa para esto.
- Además, se pueden crear conjuntamente programas masivos de re-skilling, una especie de reciclaje de habilidades y potenciación para el mercado laboral. De manera que las personas ya formadas en carreras con poca empleabilidad puedan abordar otros desafíos que hoy son más demandados a nivel de empresas.
Falta de datos y financiamiento especializado para emprender
Otro problema que plantea Wilson Araque se centra en la falta de acceso a información clara y especializada para emprender, lo cual es crucial para que un negocio tenga probabilidades de éxito. Araque subraya que, aunque hoy se habla mucho más de emprendimiento que hace treinta años, en esa época había más acceso a información estructurada sobre cómo desarrollar proyectos.
En los años 90 existían instituciones como el Centro Nacional de la Pequeña Industria (CENAPI) y el Centro Nacional de Desarrollo Industrial que ofrecían estudios detallados para quienes querían montar un negocio. Estas instituciones proporcionan datos clave sobre qué tipo de máquinas se necesitaban, qué mercados eran los más adecuados para exportar productos; las cantidades exactas de recursos requeridos para montar, por ejemplo, una panadería. También podían saber en qué sectores es factible emprender, qué mercados están saturados o qué pasos específicos deben seguir para montar su negocio. Este vacío informativo de ahora contribuye a que muchos proyectos fracasen rápidamente.
Araque también argumenta sobre el financiamiento especializado, que él considera fundamental para los emprendedores, versus el crédito tradicional. Explica que el crédito bancario o cooperativo no es la mejor opción para quienes recién comienzan un emprendimiento, ya que generalmente se espera que el emprendedor comience a pagar la deuda inmediatamente, cuando el negocio todavía está en una fase temprana, conocida como el Valle de la Muerte. Durante este periodo, que puede durar hasta tres años, el emprendimiento necesita tiempo para fortalecerse y generar ingresos suficientes.
Soluciones propuestas:
- Crear fuentes de financiamiento especializadas para emprendedores, como fondos de capital semilla y fondos de capital de riesgo, que les permitan crecer sin depender inmediatamente de créditos bancarios. Los primeros, enfocados en la etapa de la idea, proporcionan los recursos iniciales para que el emprendimiento pueda desarrollarse. Los segundos, dirigidos a emprendimientos que ya tienen tres o cuatro años, están diseñados para consolidar el negocio y permitir su crecimiento. Estos fondos no funcionan como un crédito tradicional; en algunos casos, se otorgan recursos sin necesidad de devolverlos, mientras que en otros se acuerdan términos para que el emprendedor tenga la posibilidad de comprar las acciones una vez que su negocio esté establecido.
- También es crucial brindar acceso a información de mercado confiable y fomentar una cultura de creatividad e innovación para que los emprendedores desarrollen ideas únicas y sostenibles en el tiempo.
- Implementar marcos legales favorables al emprendimiento: Establecer leyes que protejan la propiedad intelectual y faciliten la creación de empresas fomenta un entorno propicio para la formalización laboral.
- Fomentar una cultura empresarial: Promover el emprendimiento de calidad a través de programas educativos puede incentivar a los individuos a iniciar negocios formales.