La evolución de la economía ecuatoriana genera incertidumbre. El ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, anticipó que se retomaría el crecimiento, en el segundo semestre del 2024.
El punto de inflexión sería el ingreso de más de 4 000 millones de dólares entregados por organismos multilaterales. Con esos recursos se buscaría reactivar la obra pública y, por ende, generar fuentes de trabajo e impulsar la economía.
Pero la esperanza no solo está centrada en el Estado como actor, sino también en el sector privado, que es el mayor generador de empleo, en la actualidad.
Las ventas tanto internas como externas alcanzaron los 113 716 millones de dólares entre enero a junio de 2024. Ese monto significó una caída de un 0,75 %, con relación al mismo lapso de 2023.
Si solo se analizan las ventas internas, la caída es del 3,2 % en este primer semestre de 2024. La facturación en este caso sumó 96 319 millones de dólares.
Si el Gobierno busca reactivar la economía, sus acciones no solo se deben centrar en la llegada de capitales externos. Los representantes del sector privado insisten en la estabilidad tributaria, laboral y en mejorar la seguridad.
El Servicio de Rentas Internas (SRI) informó que las ventas entre junio de 2023 y el mismo mes de 2024 bajaron un 24,2 %.
¿Qué factores influyeron? El incremento de la tasa del IVA del 12 % al 15 %, la falta de liquidez, nuevas fuentes de trabajo, cierre de negocios por la inseguridad, temor por endeudarse…
El Gobierno tiene una tarea pendiente y es generar la estabilidad para lograr una reactivación económica sostenible en el tiempo. El primer escollo será la inestabilidad que generan las campañas políticas.
De forma paralela, la economía ecuatoriana también depende de la decisión que adopte la Corte Constitucional sobre el cierre del bloque petrolero Yasuní-ITT.