Sí no tienes tiempo te lo resumimos en estas líneas
- Apoyo familiar y tratamiento profesional (psicólogo y psiquiatra) son clave en la recuperación.
- Se debe trabajar más en el acceso a la atención de salud mental y que sea equitativa.
- La depresión clínica puede manifestarse físicamente. Hay que estar atentos a as señales.
“Siempre tuve una vida volcada hacia mi desarrollo personal, profesional, esa fue mi prioridad siempre. Pero más o menos hace un par de años me empezaron a venir lo que yo llamo contradicciones vitales.
Me preguntaba qué había hecho de mi vida aparte de tener un buen pasar personal, profesional. He sido un privilegiado, nunca me ha faltado trabajo.Pero me empecé a preguntar qué más hay de la vida aparte de ser todo esto que hago y que me llena.
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Pero cuando uno se pregunta eso y no está preparado empieza a dar palos de ciego, a tropezarse con las condiciones humanas internas y externas.
Para quienes hemos vivido en la burbuja del desarrollo por uno mismo y, en mi caso ser soltero, no tener hijos ni cargas, no tener responsabilidad sobre mis padres ni nadie más de mi familia, entonces se empieza a sentir un vacío que no se puede resolver bien.
Comete errores y sin duda alguna existe siempre un ingrediente genético, las huellas de la infancia. Todo eso se desarrolla y se vuelve incontenible.
La depresión clínica me ha generado padecimientos físicos, por ejemplo, tengo un deterioro angiopático en la parte frontal y lateral del cerebro. Para decirlo en una forma fácil es un cortocircuito de microinfartos cerebrales que han generado un problema de deterioro en mi corteza cerebral. Esto tiene un tratamiento clínico más que de salud mental.
La neurodermatitis que se manifiesta en manchas en todo el cuerpo, eczemas producidas por la ansiedad. La depresión te desencadena eso y el principal síntoma físico es el insomnio. Siempre tuve un sueño muy pesado, en un vuelo Quito-Guayaquil de 40 minutos me quedaba dormido. En mis peores momentos tuve un insomnio que me duró tres meses. No podía cerrar un ojo y ya cuando quería dormirme estaba amaneciendo.
Cuando esto se volvió inmanejable recurrí a la ayuda profesional, que es la base de cualquier recuperación. Sin un tratamiento psiquiátrico, terapia psicológica no hay manera de sobrellevar esto.
De ahí hay otros sostenes: la familia, el círculo cercano, en mi caso la fe, soy creyente y esto me ha hecho mucho más creyente.
He tenido la fortuna de tener una familia que no claudicó nunca ni en los peores momentos, he tenido un círculo cercano fuera de mi familia que tampoco me abandonó. La gente de los lugares en donde trabajo mucho menos, siempre estuvieron cerca.
Lo fundamental es que quien identifica esto o si lo llega a identificar, sobre todo porque ahora tenemos más información, viene otro tema: uno desde su burbuja y su privilegio puede acceder a la atención y puede hacerse cargo de tratamientos y terapias que no son baratas. Consultas de USD 80 ó 100, he llegado a pagar recetas de USD 300 a 350.
Entonces yo me cuestionó: ¿qué está haciendo la salud pública por esto?, ¿cómo alguien que no tiene recursos y que no tiene trabajo, esto le afecta más?, ¿cómo la gente puede acceder a la salud pública para esto?
Debe ser muy difícil sobrellevar esto sin decirlo, cuando lo cuenta de una u otra manera tiene una válvula de escape. Esto del tabú, de considerar que la salud mental precipita una desintegración social, violencia, que sí lo llega a ser, pero la única forma de asumir esto es que es un problema más común del que se cree y hay que exteriorizar no necesariamente desde la lástima.
Entender esto como un problema de salud más como tantos que existen y resulta grave de enfrentar. Si queremos trasladar esto a un término más clínico, esto es el cáncer del alma, porque hay dos situaciones durísimas que eclosionan: la ansiedad y la tristeza. Unas veces sientes más ansiedad y otras más tristeza, pero las dos no dejan de estar y no se van si no tienes tratamiento químico, terapia. Cuando uno siente esto aspira y quiere que nadie más lo sienta.
Empecé en junio del 2022 y he tenido idas y vueltas. He tenido crisis gravísimas, en este momento es de los mejores, uno lo aparenta mucho con el ciclo vital y hubo un momento por todo esto que me quedé sin nada en todo sentido, en el material, anímico, laboral, me quedé sin nada y volví a empezar y volver a empezar ha sido complicado.
Gracias al tratamiento, la terapia y haber encontrado profesionales, que fueron absoluta y totalmente decisivos es que uno está tratando de seguir y caminar.
Uno tiene una voz interna que hasta la logra materializar y ubicar y yo siempre le tenía de este lado y me decía: ojo, cuidado, va a pasar esto. Mi recomendación es nunca dejen de oir esa voz, cuando oigan esa voz lo que necesitan es ayuda profesional, primero un psicólogo y él tiene el mecanismo y la vía libre para derivar a un tratamiento psiquiátrico, que abarca el tratamiento de medicamentos. No desoigan la voz. No dejen la medicación hasta el final”.