La OEA acordó crear un grupo de trabajo para abordar a fondo la crisis migratoria en Venezuela. La decisión fue tomada por el secretario general del organismo panamericano, Luis Almagro, uno de los principales críticos de Maduro. Foto: EFE
La Organización de Estados Americanos (OEA) acordó hoy, miércoles 5 de septiembre del 2018, crear un grupo de trabajo para abordar a fondo la crisis migratoria en Venezuela durante una sesión extraordinaria celebrada en Washington, en la que los países del hemisferio se comprometieron a trabajar en equipo y pidieron al Gobierno del presidente Nicolás Maduro abrir canales humanitarios.
La decisión fue tomada por el secretario general del organismo panamericano, Luis Almagro, uno de los principales críticos de Maduro, quien aseguró que la crisis por la que atraviesa el país sudamericano, con un 7% de su población en el extranjero, “no tiene precedentes en la región”.
“He decidido nombrar un grupo de trabajo para la realización de un informe conjunto con las agencias sociales para establecer las necesidades de los desplazados y las posibles salidas a la situación“, leyó Almagro al reconocer que ningún país de la región debe “asumir la carga total” de los migrantes.
Asimismo, pidió a las naciones receptoras de venezolanos “armonizar los requisitos de entrada, la emisión de permisos de trabajo, la homologación de títulos y reinserción educativa, la implementación de un plan de acceso escolar para niños y niñas, y garantizar el acceso a servicios públicos de salud”.
“Es claro que hay una necesidad de pensar colectivamente”, puntualizó Almagro en el cierre de la sesión que solicitó hace dos semanas y que la presidenta del Consejo Permanente, Rita Hernández, convocó el miércoles pasado. También calificó nuevamente al Gobierno de Maduro como una dictadura corrupta.
Los representantes de Colombia, Perú, Ecuador y Brasil, principales receptores de los 2,3 millones de venezolanos que han salido del país según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), manifestaron su compromiso para emitir permisos de trabajo y “acoger de una forma ordenada y segura” a esos ciudadanos en sus territorios.
Por su parte, la representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), María Pulido, fue la primera en pedir a Venezuela “permitir la entrada de asistencia humanitaria para la atención de miles de ciudadanos afectados por la crisis”.
“La Comisión ha monitoreado de cerca la grave crisis política, económica y social de Venezuela, en donde se han evidenciado múltiples y masivas violaciones de derechos humanos que han obligado a millones de ciudadanos a huir”, dijo Pulido.
La funcionaria citó además la declaración conjunta que firmaron horas antes en la capital estadounidensela CIDH y varios comites y órganos de la ONU “para pedir una respuesta regional coordinada y basada en los derechos humanos”.
El presidente del Instituto de Política Migratoria, Andrew Seele, advirtió que “la crisis migratoria venezolana apenas comienza y no tiene esperanza de mejorar, sino por el contrario de ser cada vez más aguda”.
Al final de la sesión, el embajador de Venezuela en la OEA, Samuel Moncada, atacó una vez más a Estados Unidos y lo tildó de “guerrerista“. “No es un secreto que todo lo vuelven guerra y eso es lo que quieren, que nosotros nos enfrentemos unos a otros pero no lo vamos a hacer”, dijo.
El encuentro en la capital estadounidense fue precedido por una reunión que más de una decena de países celebraron en Quito entre el lunes y el martes para acordar la continuidad en la recepción de migrantes venezolanos y pedir más ayuda de parte de los estados cooperantes y las organizaciones internacionales.