Se desconoce si también fue convocado D’ Artagnan y quién desempeñaría el rol de ese personaje de la novela de Dumas en la comedia nacional. Sin embargo, hay que advertir que ellos -los tres y otros más- se convocaron seriamente para algo que no se sabe en qué se concretó. Hay que reconocer que fueron valientes en el Ecuador de ahora, donde el miedo y la amenaza de represión o escarnio están en todo menú público.
Demostraron que en el Ecuador los ciudadanos pueden reunirse para tratar temas políticos o corporativos. No necesitan el visto bueno del Consejo Nacional Electoral ni de la Corte Constitucional; máxime, que este organismos y el Gobierno están concentrados en incorporar como miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humano al presidente de la Corte Nacional en la más alta instancia de la defensa de los derechos humanos del continente.
Sin perjuicio de otras disquisiciones, la reunión de los alcaldes quedó corta en la comunicación al pueblo de sus propósitos y objetivos. El líder costeño ha sido disciplinado y ha estado en todas las citas corporativas de este orden; pero en cuanto a sus aspiraciones , se conoce que hace mucho tiempo construyó una barrera feudal que no las traspasa nadie a pesar de que el ataque a la urbe sea implacable por todos los medios posibles.
El Burgomaestre quiteño momentáneamente se desenredó del ovillo diabólico del Metro que –salvo una renuncia oportuna- lo llevará a un cadalso político… En cuando al Prefecto de Azuay, la situación es diferente. Cuenca y su provincia son diferentes. No solo han sido la Atenas del Ecuador, sino también la cuna de algunos Fouché y Talleyrand.
No se puede concluir la evaluación de la minicumbre de Cuenca sin analizar los graves olvidos que se registraron. Primero, salvo un error de lectura en los pronunciamientos no expresaron la menor solidaridad con el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, apresado por la dictadura venezolana. Este es el momento para convocar desde las sillas municipales ecuatorianas la cruzada por la libertad de los presos políticos que blanden cadenas en la tierras de los llanos.
Luego, no se recurrió a la memoria histórica para recordar al pueblo del Ecuador sobre el valor libérrimo que significan las municipalidades desde los tiempos coloniales. Cuando fueron requeridas en difíciles coyunturas enarbolaron sus banderas y fueron la primera resistencia contra las dictaduras.
Parece que olvidaron, los reunidos en la capital azuaya, la victoria política reciente desde las principales jurisdicciones municipales, evitando que el Régimen vuelva a ensayar nuevas consultas populares.
Finalmente, estarían obligados moralmente a solidarizarse y protestar contra la destitución y posible expulsión de su partido y hasta del país de la concejala Karen Sánchez. El diccionario no contiene términos que sean útiles para calificar los resquicios de la valentía.
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