Facebook implementó un botón de ‘denuncia’ en el que los usuarios pueden reportar publicaciones que consideren que tengan mensajes suicidas. Foto: AFP.
La analogía es de Boris Groys, filósofo, catedrático alemán y uno de los principales críticos de las tecnologías de la comunicación. Para él, Facebook ha aprovechado ese impulso que tienen por naturaleza las personas a desahogarse y busca a través de la palabra la redención.
Por eso es común encontrar mensajes en el muro de Facebook con quejas sobre el trabajo, el hogar, los problemas en una relación o incluso la confesión de comportamientos que el mismo usuario considera inadecuados.
Los publica con la esperanza que el resto de amigos se solidarice, lo apoye, le den palabras de aliento y levante el ánimo. En este sentido, dice Groys, Facebook puede ser la continuación del catolicismo, pero por canales alternativos de comunicación.
Es un sitio de exposición pública, pero a diferencia de lo que ocurría antes; cuando se acudía a la iglesia a hablar con un sacerdote, ahora se le escribe a un algoritmo, que es Facebook. La Union College de Estados Unidos hizo un estudio a 600 personas para determinar perfiles de quienes usan frecuentemente Facebook.
El año pasado se descubrió que las más activas son las que se sienten más inseguras de la relación con el resto. Tienen una ansiedad de apego y necesitan del otro para sentirse queridos. “Ellos se sienten mejor consigo mismo cuando reciben muchos comentarios”, dijo Joshua Hart, profesor de psicología y autor del estudio en una entrevista a La República.