¿Cumple con su rol la OEA?
La OEA, en su momento, debió estar enterada de que la embajada mexicana en Quito, había abierto las puertas a un prófugo de la justicia, el expresidente de Ecuador, Jorge Glas, quien solicitó asilo político, aduciendo persecución política (situación totalmente alejada de la realidad). La OEA, conocedora de que dicha solicitud era improcedente, debió intervenir para acabar con tan nefasto propósito que era lesivo a la soberanía ecuatoriana y contravenía las normas que rigen el otorgamiento del asilo. Así, le hubiera evitado al gobierno de Ecuador tomar las medidas que tomó para que no se repita el caso de la fuga de la ex ministra Duarte, (igualmente prófuga de la justicia)
Luego de suscitados los hechos que son de dominio público, la OEA, ahí sí normativa en mano, decide sancionar a Ecuador, y a su vez, dejar sentado que el gobierno de México violó el principio de coexistencia pacífica, al inmiscuirse en asuntos internos de nuestro país, y conceder asilo político a un delincuente sentenciado, a quien, por otros delitos, se lo está vinculando en el caso “Sobornos” que se ventila en la Corte de Florida, USA.
El presidente Noboa y su gobierno, empeñados en rescatar al Ecuador de la debacle ocasionada por los revolucionarios del XXI, deben continuar con su política reivindicadora de la dignidad y los derechos de la nación ecuatoriana e insistir en la revisión y actualización de los convenios internacionales. Es cuestionable la conveniencia de seguir formando parte de la OEA, toda vez que la normativa internacional vigente no le permite cumplir con su rol, ante una nueva realidad caracterizada por el cometimiento de delitos por parte de organizaciones transnacionales poderosas con tentáculos fortísimos en las esferas políticas de los países que la integran.
Leonardo Cueva Piedra