Los hinchas de Liga de Quito no están para nada contentos con el desempeño de sus jugadores, cuerpo técnico y dirigentes en el primer semestre de la temporada 2024. La derrotan ante Barcelona Sporting Club avivó aún más su descontento
La noche del miércoles 22 de mayo, Liga de Quito cayó por 2-0 ante Barcelona SC en el estadio Monumental por un partido aplazado de la quinta fecha de la primera fase de la Liga Pro, con tantos de Damián Díaz y Francisco Fydriszewski. El resultado les restó opciones de ganarla.
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Horas más tarde, cuando el equipo regresó a Quito, un grupo de hinchas increpó a sus jugadores y profirió insultos en contra de Josep Alcácer, el entrenador principal, e Isaac Álvarez, el presidente de la institución.
En la primera parte del video, que circula en la red social X, se observa como Lisandro Alzugaray, Jan Hurtado, Marco Angulo y Richard Mina, salen del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre.
“Metan h…. Si el director técnico no sirve, son ustedes los que tienen que decirlo”, se escucha decir a los enojados hinchas.
En la segunda parte se mira a Álvarez y Adrián Gabbarini, parte del cuerpo técnico de Alcácer, rodeado de hinchas que insisten en los reclamos por el mal momento del vigente campeón de la Liga Pro.
“Nosotros sufrimos”, se alcanza a escuchar mientras se pide tranquilidad para que el reclamo no pase a la agresión física.
Liga con pocas opciones en la Liga Pro
A falta de dos fechas para terminar la primera etapa de la Liga Pro, Liga se ubica en el cuarto puesto con 26 puntos. El líder es Independiente del Valle con 29. En la segunda casilla está Aucas con 28. BSC tiene los mismos puntos, pero el gol diferencia favorece a los quiteños.
El calendario de los blancos contempla recibir a Universidad Católica en el Rodrigo Paz Delgado, y visitar a Deportivo Cuenca en el Alejandro Serrano Aguilar.
El actual campeón de la Copa Sudamericana precisa imperiosamente ganar sus dos partidos para aspirar a gana la etapa.
Pero eso no es todo. IDV, Aucas y BSC no deben pasar el umbral de los 32 puntos, el techo de los albos, para que sus posibilidades matemáticas tomen vida.
A priori, se observa complicado, pero en el fútbol nada está cerrado mientras el balón siga rodando.